El incremento de la población en los países en desarrollo y el comportamiento actual de los consumidores pueden arrastrar al planeta al caos ambiental y económico. Así lo señalan 22 científicos británicos, liderados por el biólogo y Premio Nobel John Suston y bajo los auspicios de la Royal Society de Londres (Real Sociedad de Londres para el Avance de la Ciencia Natural).
Los expertos han estudiado durante 21 meses las actuales tendencias sociales, económicas y ambientales, y han intentado prever el futuro que le espera a la humanidad en los próximos 100 años.
A partir de información recogida de El Mundo, en el informe ‘People an the Planet’ de la Royal Society se menciona que “la población nunca ha sido tan alta, los niveles de consumo no tienen precedentes y los cambios que se están produciendo en el medio ambiente son muy extensos”.
“Podemos elegir entre un nuevo equilibrio de los recursos y unas pautas más igualitarias de consumo”, advierten los expertos. “O podemos elegir no hacer nada y caer en una espiral económica y ambiental que puede llevar al planeta a un futuro inhóspito y con grandes desigualdades”.
El informe indica que, partiendo de los 7.000 millones de personas que hay en la actualidad, a mediados de siglo habrá 2.300 millones nuevos de habitantes.
INMINENTE PELIGRO Según dicho medio español, los investigadores sostienen que las actuales pautas de consumo pondrían los recursos en una situación límite. “La presión sobre un planeta finito nos va a obligar a cambiar radicalmente la actividad humana”, vaticina Jules Pretty, uno de los expertos que participó en el informe.
“Es vital que los países en desarrollo controlen su población, y va a ser también necesaria una mejor redistribución de la riqueza. Es inconcebible un mundo en el futuro con las desigualdades que tenemos hoy en día”, añadió el científico.
Los esfuerzos para controlar la población en los países en desarrollo (32 de ellos en África) deben ir acompañados en cualquier caso de un esfuerzo sostenible para cambiar las pautas de consumo en los países ricos, de acuerdo con la Royal Society, que recomienda con urgencia a los gobiernos a tomar acciones para garantizar un futuro sostenible.