Micky Rospigliosi, el hijo que siguió los pasos de Pocho

Micky de 16 años junto a Diego Armando Maradona (Foto: Archivo Histórico El Comercio)
Micky de 16 años junto a Diego Armando Maradona (Foto: Archivo Histórico El Comercio)
Karla Kennedy García

“¡Chorrigolazo!”, gritó Micky Rospigliosi al relatar un gol de Roberto ‘El Chorri’ Palacios, en un partido de setiembre de 1997 contra Uruguay por las eliminatorias de Francia ‘98. Fue muy emotivo escucharlo y saber luego que estaba dejando huella eterna en sus oyentes.

A los 44 años, Luis Miguel Rospigliosi Moyano, Micky, falleció el 17 de julio del 2009. Se cumplen 10 años de su temprana desaparición. Muy joven aún empezó a construir su carrera en el periodismo deportivo. Alfonso ‘Pocho’ Rospigliosi, su padre, lo hizo ingresar a cabinas radiales, le enseñó el camino para conversar con los cracks de la época y acudir a los mayores sucesos deportivos del Perú y el mundo.

De sus tres hermanos, el ‘piojo’, como le decían de cariño, fue el único que siguió los pasos de su padre Pocho, una figura del periodismo peruano muy reconocida desde los años 60. Desde su programa Ovación que se transmitía por Radio El Sol, el buen Pocho renovaba el enfoque de la prensa deportiva, así como también en el diario El Comercio, donde fue editor de la sección Deportes. Ovación se caracterizaba por transmitir largas jornadas de fútbol como lo ocurrido en 1969 con el histórico empate de Perú ante Argentina en el estadio de ‘La Bombonera’, a raíz del cual nos clasificamos al Mundial de México ‘70.

“Párrafo aparte merecen las transmisiones radiales, especialmente las de Radio El Sol –programa Ovación– que ofreció una verdadera ‘maratón futbolística’ comenzada en horas de la mañana y finalizada ya muy entrada la noche. Puede decirse que fue una audición deportiva completísima”, describía El Comercio el 9 de septiembre de 1969, en que resaltaba la emisión dos días después del arribo a Lima de los futbolistas peruanos clasificados al mundial. Ovación transmitió en primicia desde el mismo avión donde viajaba la bicolor.

Micky junto a su padre Alfonso "Pocho" Rospigliosi en un brindis (Foto: Archivo Histórico El Comercio)
Micky junto a su padre Alfonso "Pocho" Rospigliosi en un brindis (Foto: Archivo Histórico El Comercio)

La joven esperanza del periodismo deportivo

En 1978, a sus 13 años, Micky viajó como periodista acreditado al mundial en Argentina y por primera vez se puso frente al micrófono: comentó durante seis minutos aproximadamente por medio de la señal de Panamericana Televisión. El adolescente demostró un talento prematuro y atrevido.

El ‘piojo’ comenzó en planta baja (al costado de la cancha), arrastrando el cable de su micrófono y buscando declaraciones de los jugadores al termino de los partidos. Ese mismo año en la revista Ovación, fundada por su padre en 1973, Micky también debutó como redactor. Su primera nota describía cómo estaba viviendo la Copa del Mundo en Argentina.

El artículo se tituló “Mi primer mundial” y se apreciaba aún poca prolijidad y algunos errores ortográficos, pero lo que sobresalía era, ante todo, la emoción de un niño al ver a las más grandes selecciones y figuras del mundo futbolístico como Johan Neeskens, Teófilo Cubillas, Zico, Karl-Heinz Rummenigge, entre otros jugadores.

Años después, Micky trabajaría junto a su padre en el recordado programa de televisión Gigante Deportivo en el Canal 5, donde siguió el lema que Pocho inventó: “Esto es lo que le gusta a la gente”. Alternó con grandes figuras del periodismo deportivo como Juan Iglesias, Miguel Portanova, Héctor Madrid, Lucho Izusqui, Ronald del Águila y Koko Cárdenas.

(Foto: Archivo Histórico El Comercio)
(Foto: Archivo Histórico El Comercio)

En una información sobre el ingreso de Emilio Lafferranderie ‘El Veco’ al programa televisivo, publicada en la revista Ovación (1982), se puede leer junto a la foto de Micky: “Crece en tamaño, en edad, en experiencia y en sus comentarios. Recibió las felicitaciones por cortarse el pelo”.

Además de trabajar en la radio y televisión junto a su padre, apoyaba en la redacción de la revista. En 1984, a los 19 años, fue nombrado “jefe de la computadora”, por la llegada de este sorprendente aparato a las oficinas de Ovación.

El duro golpe de perder a un padre


En octubre de 1988, la vida de Micky dio un giro de 180 grados cuando con tan solo 23 años perdió a su padre. Pocho sufrió un derrame cerebral. Los testigos de ese capítulo fatal de su vida contaron que vieron al joven Rospigliosi cargar el féretro de su padre con mucha entereza, sabiendo de antemano que debía seguir con su legado. Tras el entierro, con la pena al lado, siguió trabajando.

Asumió la dirección de Ovación con el mismo equipo de periodistas que reunió Pocho. Muchos pensaron que el programa no sería el mismo y que terminaría sus transmisiones muy pronto. Sin embargo, Micky siguió las pautas paternas y continuó con los reportajes y las transmisiones en vivo que atraía tanto a los oyentes. El decidido joven cumplió años más tarde el sueño de su padre de tener una emisora radial propia y fundó, en 1995, Radio Ovación. El menor de los Rospigliosi se convirtió en director y comentarista principal de esa marca. En esta etapa de su vida logró consolidar su estilo periodístico, claro y directo, a diferencia de su progenitor que era, más bien, moderado y conciliador.

A diferencia de Pocho, que vivió para relatar la época dorada del fútbol peruano, a Micky le tocó la etapa oscura, tuvo que narrar las derrotas más lamentables de la selección peruana y alguna que otra victoria. Quizás por eso fue uno de los primeros periodistas en enfrentarse a las cabezas visibles de la Federación Peruana de Fútbol (FPF): Nicolás Delfino y Manuel Burga. “El sistema del fútbol peruano está podrido”, era una de las frases que repetía desde su tribuna en radio y televisión. “Siempre fue un periodista crítico contra los malos manejos del deporte peruano. Se enfrentó a los (malos) directivos de la FPF”, señalaba Elejalder Godos en la edición impresa del diario Depor del 18 de julio del 2009.

Los últimos años fueron duros

En el 2006, Micky perdió la radio que fundó en honor a su padre. Uno de los socios de Ovación le había arrebatado la empresa ilegalmente, así al menos lo declaraba el periodista a los medios. Desde ese momento, se involucró en una batalla legal para recuperar el control de la emisora. Tras ese duro golpe, el voluntarioso Micky siguió en las ondas radiales con el programa Verdadera Ovación por Radio Miraflores y permanecería vigente en la televisión con el programa El Jugador. En esos años, se volvió también un personaje bastante mediático por la ruptura de su relación con una bailarina de la farándula peruana.

Micky tuvo una nueva oportunidad en su vida y regresó a la televisión en el 2008, pero no a un programa deportivo, sino como participante en el programa Bailando por un sueño, donde se lució en la pista de baile. En este programa consiguió ganarse la simpatía del público. Es durante los ensayos de este concurso que empezó a sentir fuertes dolores en el estómago. Pero él lo atribuyó al esfuerzo físico del baile.

(Foto:Consuelo Vargas/ El Comercio)
(Foto:Consuelo Vargas/ El Comercio)

Hasta que en septiembre del 2008 le diagnosticaron cáncer de colon. Tenía un tumor de 23 cm. y bajó en tres meses unos 38 kilos. En ese tiempo, figuras del deporte y el espectáculo hicieron actividades para ayudarlo. Micky demostraba mucha fuerza de voluntad ante su enfermedad. Lamentablemente, recaería y sería internado en un hospital en julio del 2009. El eterno joven Rospigliosi perdió la batalla del cáncer, luego de diez meses de lucha. Murió el 17 de julio del 2009.

Sus cenizas fueron esparcidas por el mar de Santa María, al ritmo de una salsa dura y en medio de una emotiva ceremonia en la que participaron amigos y familiares, tal y como lo había pedido meses antes. Pocho y Micky Rospigliosi fueron una dupla, un pequeño clan, que construyó una historia especial en el periodismo deportivo peruano.

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