Una razón mas para no temer a las vacunas
Durante los últimos años la asociación de las vacunas infantiles a un mayor riesgo a desarrollar retrasos en el desarrollo infantil, ha hecho que algunos padres opten por postergar o rechazar por completo el régimen recomendado de inmunizaciones.
Un estudio reciente publicado en la revista “Pharmacoepidemiology and Drug Safety” muestra resultados opuestos. Este estudio incluyó a 1.047 niňos entre 7 a 10 aňos de los cuales se recolectó información respecto a su historia de inmunizaciones entre el momento del nacimiento hasta los 24 meses de edad.
Ellos fueron además sometidos a una serie de exámenes neurológicos estandarizados para evaluar su desarrollo intelectual, memoria, lenguaje, atención y comportamiento, entre otros. Fue interesante descubrir que este estudio no reporta ninguna asociación entre el número de antígenos provenientes de vacunas recibidas en los primeros dos años de vida y el desarrollo de problemas intelectuales/neurológicos en años posteriores.
Los antígenos representan los componentes de toda vacuna capaces de iniciar la respuesta inmunológica. Las vacunas tienen diferente carga de antígenos de ahí que el diseño de este estudio represente un mejor enfoque para evaluar esta asociación que el simple conteo del número de inmunizaciones administradas. Aún más interesante resulta el hecho de que aquellos niños que recibieron mayor número de antígenos a los 24 meses de edad fueron los que tuvieron un mejor resultado en las pruebas cognitivas y de atención.Si bien es cierto este reporte contrasta con estudios previos que asocian problemas neurológicos con la exposición a vacunas, la diferente metodología usada en este tipo de estudios muy bien podría explicar dichas diferencias.
Este manuscrito es el resultado de la colaboración científica entre el Departamento de Psicología de la Universidad de Hawai en Manoa y el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades en Atlanta, Georgia. Estos resultados llaman a reconsiderar temores que atentan contra prácticas de salud pública con evidencia demostrada en el control y prevención de enfermedades, particularmente en países como el nuestro en el que el acceso a los servicios de salud y atención médica son limitados.