Natalia sí, pero no
El vóley está de vuelta, por ahora. La reciente clasificación de la selección al Mundial Sub-23 Brasil 2015, hace que todos vuelvan a sonreir y a seguir protegiendo esa pequeña llama de esperanza que a veces da la impresión de apagarse. El trabajo duro de nuestras deportistas ha hecho que los medios de comunicación retomen el interés que perdió hace ya un tiempo.
Dudar que Natalia Málaga viene haciendo un trabajo poco aceptable en categorías menores sería poco objetivo. Si bien aún hay dudas que disipar como las convocatorias a jugadoras que se sabía con anticipación que no estaban aptas para la competencia, dentro del marco deportivo, la olímpica tuvo el carácter para aguantar las críticas, seguir adelante y hacer de tripas corazón.
Es cierto, celebremos. Pero también hay que recordar algo que la misma entrenadora dijo, aún no hemos ganado nada. Es fácil dejarse llevar por la emoción, pero recordemos que el resultadismo se ha convertido casi en culto en el Perú. Un día somos “Gigantes” y al día siguiente la peor generación de la historia. Una cosa es clasificar al mundial y otra salir campeón.
Cable a tierra
¿Natalia Málaga debería seguir siendo técnico de mayores y líder de la “reforma” del vóley? La respuesta es muy simple, no. ¿Por qué? Porque por más que nos haya clasificado a cuatro mundiales con las más pequeñas, no significa que tenga la misma experiencia de un DT de categoría mundial.
Imagínen que Mourinho o Guardiola declaren su interés de venir al nuestro “julgol” para desarrollar una estrategia que involucra a todas nuestras catergorías y, por supuesto, en unos cuantos años, llevarnos a lo más alto del podio mundial. Ahora imaginen que la Federación Peruana de Fútbol diga que no; que prefieren que J.J. Oré sea el que lidere este proyecto porque nos ha clasificado al mundial sub-17 , nos ha traído una medalla olímpica y además fue jugador de la mejor generación del bompié peruano. ¿Qué dirían a esto?
OJO: Lo mencionado no pone en duda la capacidad de Oré como director técnico, pero si es notoria la diferencia de experiencia entre él y técnicos como Mourinho o Guardiola. Algo similar sucede en nuestro vóley. Nadie cuestiona la argumentos de Natalia Málaga como DT, ni mucho menos como atleta, pero seamos realistas: ¿Tiene la capacidad y experencia como técnico para digir un proyecto a mediano o largo plazo que nos pueda llevar a ser protagoniztas nuevamente? Por el momento no.
Si realmente queremos entrar en los primeros puestos del ranking, lo más sensato sería traer a alguien con experencia internacional. Alguien que tenga una amplia hoja de vida, en la cuál se pueda apreciar su experiencia con grandes clubes y selecciones nacionales. Principalmente alguien del quien Málaga pueda aprender y en un futuro no muy lejano, tomar la batuta.
Los últimos resultados se destacan y se aplauden, pero la categoría absoluta está totalmente en otro nivel.