Entre récords y coincidencias
En un mundo donde el pívot y base era la posición predilecta para todos los chicos de barriadas de Estados Unidos, Michael Jordan volvió interesante un lugar que nadie tenía en mente en los 80: el escolta. Hoy, Kevin Durant no es aquel hombre -como MJ- que todos los niños desean ser ni representar en los partidos callejeros de allá. De hecho, es mucho menos que LeBron, Bryant, Chris Paul, hombres marca si nos detenemos a observar las publicidades en las cadenas televisivas estadounidenses. Tan solo mirar sus brazos bien largos y un cuerpo que no parece acorde a su masa física y talla de 2,06 metros. Por algo él es conocido como Durantula, apodo propio de un arácnido con ese tipo de extremidades y un torso que reluce poco cuando se lo presencia.
Las semejanzas entre Durant y Jordan son pocas, a pesar de que se encuentran en una élite de anotadores con más de 40 partidos seguidos de 25 o más puntos. Sin embargo, hay un par de detalles que se pueden rescatar con facilidad: la estigmatización y el liderazgo. A Michael se lo catalogaba, sus primeros años, como un jugador perdedor que no sabía ganar duelos decisivos. Se lo veía como alguien que rompía las leyes de la física como ese salto que volvieron leyenda a las zapatillas Air Jordan, pero no como un triunfador. Años después, llegó a ser una marca de la NBA. Nadie podía hacer jugadas como él, realizar tal conducción del balón y tener esa inteligencia táctica a la hora de estar en un encuentro en el cual los Bulls eran los dominadores totales.
Durant, ahora, comparte ese estigma. Se lo acusa de que no todavía no ha ganado un título y al mismo tiempo, aunque no con el mismo estilo de Jordan, todos los analistas como espectadores se sorprenden de su facilidad de conducir al Oklahoma City Thunder por la senda del triunfo. No importa que él este marcado, lejos o que el aro se haga más chico, el siempre encontrará la manera de llegar y marcar de dos o tres puntos. Durant, al igual que Jordan, también es el líder de su equipo y no es que esté tarde para obtener su primer anillo. Michael lo hizo en 1991 cuando tenía 25 años, hoy Durant tiene la misma edad y su equipo es también un candidato a ganarla al igual que el Miami Heat, los Indiana Pacers y San Antonio Spurs. Eso sí. Kevin jamás será como Michael. Uno era un extraterrestre por sus innumerables cualidades como basquetbolista, el otro simplemente será uno de los mejores anotadores de la historia.
EL FACTOR LEONARD
Su regreso ha marcado una increíble mejora del San Antonio Spurs. Kawhi Leonard volvió un miércoles 26 de febrero y desde entonces el equipo de Gregg Popovich ha logrado 21 victorias. Kawhi es uno de los mejores marcadores de la NBA y sus números en la ofensiva son de otro mundo si lo comparamos con temporadas pasadas. Actualmente promedia 14.7 puntos con una efectividad de 61.3% de triples.
Popovich debe rezar y prenderle velas a un santo para que este jugador no se lesione de cara a los ‘play off’. Duncan, Ginobili y Parker son los cracks, pero Kawhi es el obrero y arma de la que la cual se pueden valer cuando las papas queman.
UNA MARCA QUE QUEDARÁ EN LA HISTORIA
El rival no era un monstruo, pero sí tenía historia (Utah Jazz). Stephen Curry debe ser el objetivo de los más grandes en las próximas temporadas. Su presencia ha hecho de los Golden State Warriors un equipo sólido y con posibilidades de, al menos, pelear por el título de la Conferencia Oeste.
Hace diez años eso era imposible de pensar. Hoy Curry es el líder de un cuadro que está sexto con el Oeste y que enfrentará a Los Angeles Clippers de terminar así las tablas. Sin embargo, yéndonos al detalle del récord, Curry marcó el domingo 30 puntos y obtuvo 15 asistencias en menos de 30 minutos, algo que jamás ha podido hacer ni Magic Johnson, Michael Jordan, Larry Bird, Kobe Bryant, etc. ¡Un auténtico crack!