“El ping pong es el mejor deporte para desarrollar el cerebro”
Mónica Liyau
Ex tenista de mesa profesional
Nací en Lima en 1967. Mis papás son chinos. Tengo dos hijos, uno de 25 y otro de 8 años. Empecé a jugar ping pong a los 7 años y lo hice de modo profesional hasta 1996. Fui campeona nacional y latinoamericana y participé en los Juegos Olímpicos de Seúl 88.
Por: Francisco Sanz Gutiérrez
Si de la época de oro del ping pong peruano hablamos, aquella de fines de los años 80 con participación olímpica incluida, el nombre de Mónica Liyau aparece de inmediato. Hoy, tras superar un complicado trance de salud, empuña de nuevo la paleta desde otro ángulo de la mesa.
—¿Cómo así vuelves al deporte que te dio fama?
Es increíble cómo uno repite, de manera inconsciente, lo que le pasó de chico. Así como mi papá, llevé a mi hijo menor el año pasado a una academia de ping pong, y entonces en vez de solo mirarlo me puse a jugar.
—Y fue ahí que llega la noticia que te remece.
Así es. En un chequeo médico me descubren algo raro: era cáncer de endometrio en grado incipiente. Me sacaron el útero y los ovarios.
—¿Y después de eso?
Pasé 10 días terribles, que no se los deseo a nadie, hasta que poco antes de la Navidad del año pasado me dijeron que la patología había remitido y que no necesitaba quimioterapia ni radioterapia. Igual cada tres meses me chequeo, con el cáncer es así.
—¿Surge entonces la idea de este emprendimiento?
Empiezas a cuestionarte y a mirar lo hecho. Tenía varias etapas cerradas, pero me faltaba hacer algo que tuviera que ver con responsabilidad social, y qué mejor que ligarlo al tenis de mesa. En abril de este año nació jurídicamente la Asociación Mónica Liyau y dimos forma al programa Impactando Vidas.
—¿Por qué el ping pong?
Es lo que más me marcó en la vida. Y es el deporte más practicado en el mundo, sea en lo profesional o recreativo, aunque no lo creas. En nuestro país, además, es muy necesario.
—Pero se puede decir que la práctica de cualquier deporte es necesaria.
Varios expertos, uno de ellos el psiquiatra estadounidense Daniel Amen, sostienen que el ping pong es el mejor deporte para el desarrollo del cerebro. La bola en movimiento alcanza una gran velocidad, así que te desarrolla el músculo del ojo. Y al tener tan cerca al contrincante, tu reacción cerebral se acelera.
—¿Cómo puede repercutir eso en la escuela?
Los índices de comprensión de lectura en nuestro país son muy bajos. Los chicos leen palabra por palabra de forma muy lenta y no entrelazan, mueven la cabeza en vez de mover el ojo. Allí puede ayudar el tenis de mesa.
—¿Cuáles son las metas del programa?
Poner de moda y masificar el ping pong en vista de sus beneficios. Nuestro primer paso será instalar mesas de cemento en colegios estatales de Lima, en 20 parques zonales y en áreas públicas en desuso. También capacitaremos a profesores de Educación Física para que sean promotores de ping pong con certificado de nivel básico.
—¿Cómo lo plasmarán, hay planes concretos?
Claro que sí. Ya hemos formalizado una alianza básica con el Ministerio de Educación y hemos logrado que se incluya el ping pong dentro de los deportes a ser desarrollados en el currículo. Igualmente, nos hemos aliado con el IPD y tenemos convenios con Serpar, a cargo de los parques zonales que congregan a miles de personas.
—¿Cuándo será puesto en marcha el programa?
La inauguración del programa es en agosto y la construcción de las mesas de cemento empezará en setiembre.
—Viendo cómo fue cayendo el nivel del tenis de mesa, ¿nunca pensó en apoyar desde la dirigencia?
¿Dirigente? No, gracias. Hay muchas carencias. Y tuvimos un gran nivel, estábamos entre los primeros en Latinoamérica, ahora ni pensar en ganarle a Brasil.
—Por eso, pues. ¿No le interesa retomar ese nivel?
También hemos pensado en ello. Tras la masificación, luego de 5 o 6 meses vamos a ir con un equipo técnico para seleccionar a quienes tengan actitud y aptitud en los colegios. Consideramos becas para chicos de 14 y 15 años e impulsarlos a centros de alto rendimiento en la región.
—Y que luego no se pierdan para el deporte, ¿no?
Ese es el problema. Tenemos buen nivel hasta esa edad, pero los chicos se dedican luego al estudio. No está mal, pero es cuestión de organización. Mientras jugaba, yo estudié Administración. No puede haber ese bache.
—¿Acaso faltan alicientes?
Claro, crear centros de alto rendimiento, traer entrenadores chinos y europeos. También lo hemos considerado en nuestra asociación.