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casa de playa

Por Rosa Aguilar. Fotos de Ofist 

Los espacios frescos, luminosos y que se atan con la vitalidad y la perfección del entorno son el escenario ideal para dar rienda suelta a la calma y al placer de quienes buscan el sol, el mar y una vista maravillosa en el atardecer. Frente al Mediterráneo, en Bodrum (Turquía), se levanta una imponente casa de 500 m y de dos niveles con estructuras que formulan bloques geométricos vestidos con losetas que imitan la piedra.  

Es imposible no amar cada rincón de este fresco oasis ideado por Yasemin Arpac, y Sabahattin Emir, del estudio turco Ofist, para una pareja con dos hijos adolescentes. La zona social está configurada con dos salas, divididas por un área de estar en el centro. Los muros protagónicos del lugar están vestidos con piedra pizarra, cada una de silueta distinta e irregular, que da la cuota exacta de rusticidad al espacio. Los sofás recio y de tono gris claro de la sala principal están acompañados por cojines y una alfombra ligera de estética  desgastada, que dirigen el esquema de color del ambiente dominado por los azules suaves e intensos. 

Los detalles ornamentales en un falso techo de escayola-una estructura que mezcla yeso, arena y agua-rememoran las aplicaciones tradicionales de la zona y se lucen como una típica armazón de madera. También se colocaron con el objetivo de delimitar este ambiente familiar. 

Escenarios en calma 

La cocina y el comedor se encuentran en el mismo lugar, y solo están divididos por dos columnas que no causan un obstáculo visual. El punto de atracción son las sillas Wishbone, clásicas del diseño danés, pintadas con un delicado tono celeste que evoca el mar y aporta un fresco acento a esta zona de paredes blancas y pisos de madera clara. 
En el primer y segundo nivel, se ubican los cinco dormitorios dueños de una envidiable vista al mar Egeo. Muros claros rodean todas las estancias y solo tienen toques de color rosa, celeste, rojo o gris en la ropa de cama o el tapiza de los muebles, con el fin de no restar luminosidad. 

Afuera, la vida es más relajante. El comedor principal con sillas de material sintético está protegido por un techo sol y sombra diseñado con cañas de bambú, y la piscina tiene un sistema de rebalse que da la sensación de perderse en el horizonte. Los diseñadores idearon este paradisiaco refugio con la premisa de compensar los ajetreados días en la ciudad con estancias que proyectan calma y tranquilidad a orillas del mar. 

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