Sergio Ramos en problemas. (Foto: Agencias)
Sergio Ramos en problemas. (Foto: Agencias)
Redacción DT

Una infidencia atribuible a la emoción post-triunfo del Real Madrid ante el podría costarle caro al defensa y capitán del equipo blanco, Sergio Ramos. Lo ocurrido ya circula en

Un minuto antes del final del partido, Sergio Ramos recibió una tarjeta amarilla de parte del árbitro Damir Skomina (Eslovania). Nada de raro habría en esto hasta lo que ocurrió después del match.

En declaraciones a los medios televisivos, el capitán merengue reveló que forzó la amonestación en su contra pues, como es público, tenía acumulada una tarjeta amarilla y si recibía otra en el partido de vuelta en Madrid, corría riesgo de perderse el duelo de ida por los cuartos de final de la Champions League en caso su club deje en el camino al Ajax. 

"Sí, la verdad que viendo el resultado... Es algo que tenía presente. No es subestimar al rival pero a veces toca tomar decisiones y lo he decidido así", manifestó post partido en declaraciones que circulan en YouTube

Forzar una tarjeta es antideportivo y para la UEFA amerita una sanción que puede ir desde una cantidad de partidos sin jugar hasta una multa económica. O a veces ambas cosas. 

Por lo mismo, y quizás ante el aviso de sus colaboradores, Sergio Ramos reculó y aclaró minutos después sus palabras. 

SE DESDICE UNOS MINUTOS DESPUÉS

El capitán madridista dijo tan solo unos minutos después, esta vez ante la prensa radial española, que la jugada fue fortuita. 

"Es un lance del juego en el último minuto que quizá no he pensado mucho...", indicó. 

Pero ahí no quedó todo, el también central de la selección española usó su cuenta de Twitter para intentar apagar el incendio.  Quizás consciente de lo que podía venir en su contra. 

"Quiero dejar claro que me duele más que a nadie, que no he forzado la tarjeta, como tampoco lo hice contra la Roma en mi anterior partido de Champions", aclaró. 

El vigente campeón de Europa venció 2-1 al Ajax y parte como favorito en la vuelta por los octavos de final de la Champions League. La polémica está instalada. 

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