España recién se había consagrado campeón del Mundial Sudáfrica 2010, por ende el primer clásico entre el Barcelona y el Real Madrid de la temporada entrante era uno de los encuentros más esperados por todo el mundo. Ambos clubes venían con un excelente juego, pero lo merengues lideraban la Liga BBVA con 32 puntos, a uno del Barza.

El Real Madrid había contratado para la temporada 2010-2011 al portugués José Mourinho, quien implantó un estilo de juego agresivo en la ‘Casa blanca’ y generaba polémica tras polémica con sus declaraciones cada semana. Además, se reforzaron con los alemanes Mesut Ozil y Sami Khedira, que acompañaron a los ya consagrados Cristiano Ronaldo y Kaka en el club.

Por su parte, el Barcelona era dirigido por Pep Guardiola y venía de ganar en la temporada anterior el triplete soñado: la Champions, la liga y la Copa del Rey. Tenían en Messi al mejor jugador del mundo y contaban con un funcionamiento en equipo que deslumbró al mundo entero por sus toques veloces y precisos.

Pero a pesar de que ambos eran potencias, el resultado sorprendió a varios, ya que prácticamente solo hubo un equipo en la cancha. El Barcelona humilló el lunes 29 de noviembre del 2010 al Real Madrid al vencerlo 5-0 con una gran actuación colectiva y un doblete de David Villa, que dejó al campeón defensor en lo más alto de la liga española de fútbol.

En una festiva atmósfera en el estadio Camp Nou del Barza, los locales entretuvieron a sus hinchas con una imponente demostración de fútbol fluido que dejó a los talentos del Madrid persiguiendo el balón. Con el triunfo, el Barcelona lideró el torneo con 34 puntos, dos más que el Madrid, quien también perdió el invicto en la jornada 13 de la liga.

Xavi y Pedro anotaron al inicio para que el Barza se fuera al descanso con una ventaja 2-0 antes de que Villa rematara a los 55 y 58 minutos para enardecer al público en una ensordecedora cancha. El completó la goleada en el tiempo de descuento.

Cuando el encuentro estaba por terminar, el defensor del Real Madrid Sergio Ramos fue expulsado justo antes del final de un partido que tuvo varios roces. Ramos le propinó una fuerte patada a Lionel Messi que provocó que volara por los aires. La jugada generó un conflicto con el que comenzaron las diferencias en la selección española. Ramos, no contento con la falta, golpeó a Puyol y al salir del campo le dio un puñete a Xavi. Un partido inolvidable.

El día en que Ronaldinho obligó a los hinchas de Real Madrid a aplaudirlo