"¿Cómo ganarle a este once", por Jorge Barraza
"¿Cómo ganarle a este once", por Jorge Barraza
Jorge Barraza

“Son muchos talentosos, sí pero, ¿quién corre…?”, pregunta Lucas. “Allí falta Ronaldo el Fenómeno”, se queja Roberto. “Y Pirlo…”, agrega Nelson. Otros reclaman por Garrincha, o Xavi, hay quienes incluso piden a Spencer y a Obdulio Varela. Cada lector agrega algo. El tema es siempre apasionante y enciende el debate: “El Equipo Ideal de Todos los Tiempos”. Lo conformó la prestigiosa revista World Soccer, de Inglaterra, que desde 1982 elige al mejor futbolista del mundo. El semanario reúne, entre otros, a Brian Glanville, Tim Vickery, Keith Radnedge, Gavin Hamilton, es decir varias de las firmas más reputadas de la opinión futbolística inglesa.

La revista consultó a diversos expertos y la elección fue: YASHIN; CAFÚ, BECKENBAUER, BOBBY MOORE y MALDINI; DI STÉFANO, CRUYFF, ZIDANE y MARADONA; MESSI y PELÉ. Desde luego, la elección es irreprochable. Es una reunión de varios reyes con algunos príncipes. Las discusiones florecen porque ha habido muchos muy buenos, cracks, extraordinarios, sin embargo la mayoría de estos ocupan un escalón más alto: son monstruos.
Se denota claramente que se ha privilegiado el pasado por sobre el presente. El único de estos once que representa la actualidad y está activo es Messi.

Nótese también que sólo hay futbolistas europeos (6) y sudamericanos (5), los dos continentes líderes del fútbol y que más han dado a este deporte. Ningún nombre de África, Asia o Concacaf tiene posibilidades de entrar en ese círculo. Conste, también, que es una compulsa realizada por europeos.

Otro aspecto notable es que, después de poner en la balanza títulos, trayectoria, condiciones y peculiaridades de cada uno, figuran cinco que no fueron campeones mundiales: Yashin, Maldini, Di Stéfano, Cruyff y Messi. Porque esta no es una selección de los Mundiales sino más global: del fútbol en general. Últimamente se ha dado mucho en exagerar el tema los Mundiales, como si fuera un parámetro único. Es la competencia más apreciada y esperada, desde luego, pero se juega cada cuatro años y se compone de 7 partidos como máximo para quien llega a la final. Además, en esos siete juegos uno puede enfrentar a Bulgaria, Japón, Argelia, Honduras… O sea, selecciones que si bien han progresado harto no son el mayor grado de obstáculo.

En 1958, Brasil venció en cuartos de final a Gales y en la final a Suecia. Y en el ’62 le tocó definir con Checoslovaquia. Por eso Pelé dice en su libro autobiográfico: “Era más difícil ganarle a Boca o Peñarol en la Libertadores que a muchos países en el Mundial”. Más en esa época.
No está en discusión que un Mundial otorga la gloria máxima, pero no es todo. En esta elección sin duda se ha evaluado lo que cada uno representa para el fútbol. Y vale consignar el detalle de los votos: Beckenbauer es el más apreciado: 68 sufragios. Segundo Maradona con 66, tercero Pelé con 63 y cuarto Cruyff con 60. Luego Maldini (48) y Messi (46) y más abajo el resto, que va de 24 a 30. Claramente hay tres niveles de preferencia.

El equipo de World Soccer, decimos, tiene nombres indiscutibles. Naturalmente está el gusto particular de cada quien. Yashin, a quien vimos ya de grande en el Mundial ‘66 y aún mantenía una presencia colosal, pensamos que ha sido superado por la evolución de ese puesto. Casillas o Buffon podrían discutirle la primacía al ruso. Cafú disputó tres finales del mundo y tiene altos méritos, pero no era un marcador implacable ni tampoco un atacante lúcido en sus permanentes subidas. No finalizaba bien. Preferimos a su compatriota Carlos Alberto o, mejor aún, al alemán Paul Breitner, un defensor casi feroz, dueño de un temperamento y liderazgo sensacionales. Las cosas que cuenta de él Toni Schumacher en su libro Tarjeta roja son antológicas. “Fumaba como una chimenea y bebía como un cosaco, pasaba las noches jugando póquer, desplumando a todos los compañeros, traían prostitutas y él entraba en todo, incorregible, pero a la hora del partido, mientras los otros se arrastraban por el campo, él era un aparato de relojería, un fuera de serie”, recuerda el arquero. 

En la final del mundo de 1974, cuando el juez concedió la pena máxima a Alemania, nadie se acercaba a la pelota. Breitner fue decidido, ejecutó y marcó el empate. Nunca había pateado un penal. Bobby Moore fue un excelente zaguero, tiempista, anticipador, muy limpio, con gran liderazgo también y tiene un lugar en el cielo del fútbol. No obstante, en su puesto ubicaríamos a Puyol, extraordinario defendiendo, contagiando, capitaneando a su tropa. Poseedor de una fuerza y una entrega conmovedoras el catalán. Su gol ante Alemania en la semifinal de Sudáfrica 2010 lo define: entró a cabecear con la vida. Si un alemán se ponía por delante, moría atropellado. Pero Moore fue campeón mundial con Inglaterra, la revista es inglesa… Es comprensible.

Por lo demás, Roberto Carlos puede discutir con todo derecho el lateral izquierdo con Maldini, aunque sobresalía más en ataque que en defensa. El italiano era más férreo atrás. A su vez Zidane podría dejar su lugar para que ingrese un delantero centro como Ronaldo Fenómeno o Gerd Müller. Más fantasista el brasileño, implacable el alemán. Beckenbauer, que no obsequia flores a nadie, siempre dice a quien quiera oír: “Toda la grandeza del Bayern Munich se le debe a Gerd Müller”. Y no miente: anotó 542 goles para llevarlo de ser un equipo regional a la cima del mundo. 
Messi todavía va a tener que jugar mucho para batir el récord del Bombardero, máximo goleador de ligas con 365 tantos en el torneo alemán. A Leo le faltan 57 gritos.

“Sin duda están los mejores, aunque tal vez es un equipo desequilibrado. ¿Podrían jugar bien todos juntos? ¿Quién marcaría…?”, pregunta un forista. Por supuesto hay varios que juegan de lo mismo, es que nadie quiere incluir un jugador normal y dejar fuera a un peso pesado. Pero invertimos la pregunta: ¿Y un equipo equilibrado, con volantes de contención, cómo marcaría a estos cracks jugando juntos…? ¿Cómo harían para neutralizar a Pelé, Maradona, Cruyff, Messi, Di Stéfano… y a Beckenbauer que vendría de atrás gambeteando…? 

Si para detener a cada uno se necesita un gendarme o dos… Además, un genio puede marcar y ser corredor (caso Di Stéfano y Cruyff), pero ¿un corredor puede ser un genio…? Para muchos, además de los nombrados, seguramente entrarían Ronaldinho, Platini, Garrincha, Bobby Charlton, Passarella, Puskas, Van Basten, Falcao, Eusebio, acaso Romario, Baresi, Kempes, Tostao… Pero eso entra en el terreno de lo personal. Y sobre gustos hay mucho escrito.

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