Cristiano Ronaldo dejaría Real Madrid luego de que se le acusara de fraude fiscal en España. (Foto: Reuters)
Cristiano Ronaldo dejaría Real Madrid luego de que se le acusara de fraude fiscal en España. (Foto: Reuters)
Jorge Barraza

Van a tener que transportar el Lamborghini, el Ferrari, el Mercedes, el Rolls Royce, el BMW, la Bugatti, el McLaren y demás cacharros que están perfectamente alineados y pulcros en la cochera. Por lo demás, va a ser más difícil conseguir nuevo colegio para el pequeño Cristianito que club para el padre. y su superagente Jorge Mendes eligieron los medios portugueses (una primera forma de despegarse), para lanzar sobre España la madre de todas las bombas futbolísticas: se va del Real Madrid. O al menos dice que se va. O amenaza con irse. El diario deportivo “A Bola”, de Lisboa, dio la primicia mundial el viernes en una superportada con el título: “Ronaldo quiere abandonar España”. Arriba, en la volada, dice: “La decisión es irreversible y ya la transmitió al presidente del Real Madrid”. Y junto a una enorme foto de CR7 con gesto adusto (y vestido con la casaca merengue), agrega: “El mejor del mundo está muy indignado con todo el proceso del fisco español”.

Primero hubo incredulidad en los medios españoles, luego fueron aceptando que la noticia tenía asidero y no era una bomba de humo. Por la tarde circuló una afirmación que Cristiano le habría hecho a sus compañeros de la selección de Portugal, con los que está concentrado en Rusia para disputar la Copa Confederaciones: “Me voy del Real Madrid, lo tengo decidido, no hay marcha atrás”.

“A Bola”, que por algo publicó la noticia como segura, deslizó el malestar del de Madeira por la denuncia de la fiscalía española, que lo acusa de fraude fiscal por 14,7 millones de euros, proceso muy similar por el cual fue condenado Messi, quien, según el fallo del juez, eludió el pago de impuestos por 4,1 millones. Messi no la pasó bien en los últimos tres años, tuvo que poner la cara más de una vez en tribunales y fue acusado textualmente por el fiscal de haber actuado “igual que un capo de la mafia”. Cristiano, dicen en su entorno, no quiere pasar por lo mismo y está muy molesto con el club por no haberlo defendido.

El Madrid emitió el miércoles un breve comunicado respaldando a su supergaláctico, en el que expresa su “plena confianza en nuestro jugador Cristiano Ronaldo, que entendemos ha actuado conforme a la legalidad en cuanto al cumplimiento de sus obligaciones fiscales”.

A Cristiano no lo conformó el comunicado, lo vio frío, como de compromiso. Hubiese preferido palabras del presidente. Y firmes. Le irritó –dicen– que el suceso haya salido a la luz sin que el club se anticipara y lo tapara. También estaría molesto con el hecho de que el RM tenga decidido desprenderse de sus compañeros de escudería Pepe, James Rodríguez y Coentrao, todos representados por Jorge Mendes. Y antes Florentino Pérez había eliminado a Di María, otro pollo del clan portugués. Un disgusto más de la estrella habría sido que, en todos los medios madrileños, la noticia de la acusación de fraude fiscal fue ilustrada con fotos de Ronaldo con camiseta de Portugal. Entonces se dijo que Florentino Pérez habría deslizado a los medios afines la sugerencia de no “vestirlo” con la sacra casaca blanca. Para los efectos judiciales incriminatorios, Cristiano quedó como “un jugador portugués”.

Ahora bien, ¿puede marcharse Ronaldo así como así, por un berrinche? No es fácil, tiene contrato vigente con la Casa Blanca hasta el 2021, aunque ya sabemos que, en fútbol, los contratos están más para romperse que para cumplirse. Además, está visto que cuando un futbolista decide irse de un club, no hay convenio que lo ate, termina yéndose.

El escollo es la cláusula de salida, que serían 1.000 millones de euros. Esa habría sido la condición puesta por Florentino Pérez para firmarle su último contrato por cinco años el pasado 6 de noviembre. Una cláusula que le cierra todas las puertas. Porque ningún club puede amortizar tal inversión con un jugador de 32 años y medio (los tendrá cuando empiece la temporada). Sin contar el salario del astro.

El madridismo ha reaccionado con estupor y espanto: sin Ronaldo no es lo mismo, piensa. Sin embargo, al interior del club no ha cundido el pánico, sino más bien una fría serenidad. Todos repiten: “Nadie está por encima del Real Madrid”. Intentarán persuadirlo de que se quede, pero no morirán en el intento. En el despacho principal se escuchó un diálogo revelador del pensamiento directriz:

–¿Y si realmente se va?

–Vendrá otro –fue la flemática respuesta.

El club sabe que cualquier arreglo, por malo que sea, le dejará varios cientos de millones. Y con eso saldrá de compras. Para empezar, Mbappé, la superestrella que asoma en el firmamento. Cristiano golpeó fuerte la mesa; del otro lado piensan: “La vida sigue”. Es una pulseada interesante.

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