La época era bastante mala para el Barcelona. Era el año 2003 y el equipo no lograba un título desde 1999, cuando se coronó campeón de la Liga española. Para un club tan grande a nivel mundial, y cuyo el éxito deportivo se mide año tras año, haber pasado cuatro años sin alzar un trofeo era tomado como una crisis que la entidad blaugrana debía combatir de inmediato.

La contratación de Juan Román Riquelme, en ese entonces figura de Boca Juniors, durante los años de crisis significó un fichaje casi galáctico. No obstante, el argentino no cumplió las expectativas de los técnicos Louis van Gaal ni luego con Radomir Antic. Estos entrenadores dejaron de dirigir a Barcelona y su lugar fue tomado por Frank Rijkaard.

Fue entonces que un 22 de julio de 2003, en un multitudinario acto, el brasileño campeón del mundo con Brasil en Corea Japón 2002 y procedente del París Saint Germain, Ronaldinho, fue presentado como nuevo jugador del equipo catalán a cambio de 30 millones de euros por las próxima cinco temporadas. Ese mismo día, cabe precisar, fue despedido Riquelme.

La camiseta número ‘10’ ya tenía dueño. El dorsal que había llevado Riquelme, el mismo que llevó Diego Armando Maradona y que había heredado Rivaldo, pasó a ser propiedad de Ronaldinho, catalogado en ese entonces como el “crack mediático” por el presidente del club Joan Laporta. “Tengo el gusto de presentarles a Ronaldo Assis de Moreira, conocido como Ronaldinho, campeón del mundo con Brasil. Ronaldinho, con sus 23 años, destinará sus mejores años como futbolista al Barza”, dijo el presidente. Y no se equivocó.

Ronaldinho devolvió la magia al equipo azulgrana y aunque en su primer año no logró nada, como aseguró Lionel Messi, luego vendrían dos ligas españolas, dos supercopas de España y una Champions League, la única que ganó en su carrera. El brasileño ganó el Balón de Oro a mejor jugador en 2005 e, inclusive, en ese año salió aplaudido del Santiago Bernabéu, campo del archirrival Real Madrid, luego de dar una exhibición de fútbol de primera categoría.

Ahora se entiende a Lionel Messi cuando toma el micrófono y culpa a Ronaldinho del cambio del Barcelona. No se equivocó. Si bien en ese entonces tenía un equipo que se complementaba bien (con Eto’o, Messi, Deco, etc), Ronaldinho fue sin dudas uno de los responsables del inicio del ahora éxito que ha alcanzado el club a nivel mundial, a tal punto de ser considerado el mejor.