Alianza Lima vs. Universitario: claves de la derrota crema
Alianza Lima vs. Universitario: claves de la derrota crema
Miguel Villegas

Edison Flores y diez más. La definición más certera de un equipo que solo fue peligroso cuando ‘Oreja’ tomaba la pelota, el pie izquierdo al derecho, y viceversa, y así al infinito. Porque no tiene con quién jugar, a quién pasar, para dónde entregar. Es un drama ver
a Flores jugar en Universitario de Deportes. En un once que corre a 10 km/h, basta que acelere un poquito y ya hay que ir a abrazarlo. En dos jugadas personales llegó el primer ataque de la ‘U’ (que pateó Líber), y otro más por derecha (que fue tiro libre al palo de Grossmüller). Imagínense que correr es una buena noticia en la ‘U’ de hoy. No importa a dónde, solo correr.

En ese sentido, en este equipo largo y lento que es la ‘U’, sin variantes por fuera (Polo es un témpano), y con la única posibilidad de desborde con Flores, ver jugar a Grossmüller es triste. Enfocar el problema de Universitario en él no es gratuito. Juega en una posición del campo demasiado influyente –el medio–, que es la que define el ritmo de juego. Su presencia en el plantel no se discute más allá de junio. El gol de Preciado casi lo aplaudió, estando a centímetros. ¿Quiñones? ¿Alemanno? Ni se debería negociar con ellos.

(Foto: El Comercio/Germán Falcón)

(Foto: Lino Chipana/El Comercio)

¿Hay cosas buenas? Sí. Una. Universitario de Deportes encontró una dupla de centrales respetable: García-Dulanto. Es lo único positivo del ciclo Suárez. Lo demás son escombros. La crítica no va porque enfrentó a un Alianza con ocho bajas, casi adolescente. La crítica tiene que ver con el funcionamiento de un equipo que tiene como plan original que los laterales la rifen, sin sacrificio ni asociación en el medio, y con dos atacantes menos
peligrosos que un oso de peluche. La crítica ataca a sus números: penúltimo del Apertura y con apenas cinco puntos ganados de 21.

Urgen cambios? Sí. ¿Es el único responsable Suárez? No. No armó el plantel y en este tiene protagonismo político Chemo, quien vigiló las llegadas de todos los extranjeros, más allá de si él los eligió o no. Si la institución está quebrada, el equipo está en coma. Y todavía faltan siete largos meses.

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