HORACIO ZIMMERMANN (@Horacon) Redacción Online

Una lección de buen fútbol. Una clase de cómo atacar. Sporting Cristal se vistió de maestro y dio una enseñanza a la ‘U’ en el Nacional. Los rimenses aplastaron 4-0 a los cremas. Ganaron, golearon y gustaron. Disiparon las dudas que dejaron en la Copa y se reafirmaron como candidatos al título del Descentralizado.

Cristal llevó la pelota a las bandas. Una vez allí, concretó el daño. Ingresó por los lados y definió por el centro. Los tres goles se dieron así. Los celestes dieron una lección de cómo atacar a los merengues, que generaron apenas dos ocasiones de gol en todo el partido.

El equipo de Mosquera privilegió circulación de la pelota. De esta forma, su juego se hizo más dinámico. Marcó una superioridad notoria en juego a través de la asociación, del juego colectivo. La ‘U’, en cambio, trató de encontrar soluciones en acciones personales y no le alcanzó.

Los cremas perdieron el duelo en la mitad de la cancha. La ausencia de Christofer Gonzales, castigado por Comizzo por una falta disciplinaria, costó más de la cuenta. La ‘U’ tuvo un problema: no logró llevar la pelota al área rival. Tanto es así que todos sus remates fueron de lejos.

ÁVILA ABRIÓ LA CUENTA La primera etapa culminó en empate a cero. En juego, Cristal superó a la ‘U’. Generó cuatro ocasiones de gol y le generaron una. Tuvo más tiempo la pelota. La llevó al campo contrario y no la movió de allí. Fue un buen primer tiempo de los celestes. La más clara fue un remate de Ávila al palo. Luego, hubo dos goles bien anulados. Uno a Ross por mano y otro a Olascuaga por off side.

Mosquera quedó conforme. Tranquilos, hagan lo mismo y ganaremos, debe de haberles dicho a sus pupilos en el entretiempo. Salieron al segundo, repitieron la propuesta y ganaron. El primer gol fue de Ávila. Tras un centro de Ross, se anticipó a la posición de Allocco y la metió de cabeza.

Se inició por la banda, culminó por el centro. El segundo fue igual. La inició Ávila por izquierda, la culminó Lobatón por el centro. El volante disparó un cañonazo que fue imposible para Carvallo. Y el tercero y cuarto, igual. De la banda, al centro. Ambos muy parecidos. Tras centros desde el lado izquierdo, primero la metió Allocco en propia puerta –y con la mano– y luego Rengifo de cabeza.

Los goles llegaban y Cristal se sentía más cómodo cada vez que anotaba. Cedía la posesión a los cremas y esto le permitía hacer lo que le resulta favorable: contragolpear. Así se fue el partido. Con la ‘U’ con la pelota y sin profundidad y Cristal celebrando. Fue una lección. Un mal regalo para Comizzo, que ayer cumplió 51 años.