“La moto es una extensión mía, es parte de mí. La trato como si fuera parte de mi fortaleza, eso que tengo para poder superar los problemas y obstáculos”, resume Gianna, que aparece manejando en la imagen. (María Alejandra Baraybar)
“La moto es una extensión mía, es parte de mí. La trato como si fuera parte de mi fortaleza, eso que tengo para poder superar los problemas y obstáculos”, resume Gianna, que aparece manejando en la imagen. (María Alejandra Baraybar)
Renzo Giner Vásquez

Con 24 años, Gianna Velarde ha superado los caminos más inhóspitos de Latinoamérica en una moto de 140 kilos, ha vencido un a los ganglios y se prepara para convertirse en la primera mujer peruana que corra un en la categoría de motos.

— “Superar un obstáculo” parece ser la frase que marca tu vida...
Sí, yo puedo caerme pero no rendirme; esa frase tiene mucho que ver con la superación. Es una frase muy motera, porque en este deporte te caes 80 veces y debes pararte porque nadie te va a ayudar.

— Y en lo personal hiciste lo mismo con el cáncer.
Totalmente. Yo me enfermé a los 14 años y antes de que me pasara era muy depresiva, tenía muchos problemas... era emo [risas]. Vivía de brazos cruzados, estaba muy molesta conmigo misma, porque es la edad de la estupidez. Cuando me enfermé fue un golpe muy duro, pero no tanto para mí sino para mi familia. El cáncer termina afectando más a la familia, una muchas veces no es muy consciente de lo que pasa, pero todos alrededor escuchan cáncer y de inmediato piensan en muerte.

— ¿Y tú nunca lo pensaste?
No, la verdad no era muy consciente de la enfermedad. Lo que sí me afectaba era ver a una persona diferente cada día en el espejo. Se me caía el pelo, mi piel estaba cada vez más pálida, a veces bajaba de peso, otras veces subía. No entendía lo que pasaba con mi cuerpo. Además, las radioterapias y quimioterapias fueron acabando con mi propio sistema natural; mi sistema hormonal está prácticamente frito, debo tomar reemplazos. En ese aspecto, el cáncer me quitó mi feminidad. Mi parte favorita, por ejemplo, era mi cabello, y ya no lo tenía. Despertaba y veía un montón de pelo en las almohadas.

Gianna se entrena a diario en el gimnasio, hace hot yoga y spinning.
Gianna se entrena a diario en el gimnasio, hace hot yoga y spinning.

— ¿Cómo el cáncer te terminó llevando al mundo del motociclismo?
Por mi papá. A mí me pasaba de vueltas que la gente me viera y dijera: “Pobrecita, se va a morir, tiene cáncer”. Me hacía sentir inútil. Cuando mi papá me metió al mundo de las motos pude reencontrarme más allá del cáncer, reencontrarme con esa persona fuerte que estaba adentro de mí y ni sabía que existía. La primera vez que monté llevé mi peluca –porque me resistía a raparme–, pero poco a poco me la quitaba porque me picaba la cabeza. Me comenzó a gustar verme como era, asumía mi enfermedad, ya no la ocultaba.

— Al inicio me dijiste que es un deporte de muchas caídas, ¿qué te ha pasado?
Me he roto una rodilla, se me ha salido el codo y he vuelto a esa misma carrera para repetirla. Eso me ha llevado a ser la única mujer latinoamericana que ha corrido el Ukupacha, la carrera Hard Enduro más difícil de la región.

— ¿Fue la más difícil?
En Hard Enduro, sí. El Hard Enduro es la disciplina en la que manejas al lado de montes y cabras, son pruebas extremas. Aunque ahora puedo decir que la más complicada ha sido el Dakar Series.

— ¿Por qué?
Fue durísima. Eran 300 y tantos kilómetros diarios, durante tres días. Todos los días terminaba destruida. Pero lo más complicado fue la parte mental, evitar que el desierto me gane. Tuve problemas mecánicos, me dejé ganar por la frustración, pero fue mi primer rally.

— Hasta se incendió tu moto, ¿cierto?
Claro, en la segunda vuelta del primer día. Un piloto se quedó atorado en el mismo lugar que yo y pudo bajar a ayudarme. Si no lo hacía la moto se prendía porque había mucho viento. Luego me quedé atorada en un cenicero de arena, tardé 40 minutos en salir. Hasta me puse a rezar porque no había quién me saque de ahí, no había señal, nada. El rally es así, sobre todo en moto porque vas solo, nos metemos a que nos den una paliza.

— Hasta el año pasado pensabas participar en el Dakar 2020, finalmente estarás en el del próximo año.
Sí y estoy corriendo con los auspicios. El Dakar comienza cuando le tocas la puerta al primer auspiciador y te dice que no [risas].

— ¿Qué te preocupa con miras al Dakar?
Perderme. Frustrarme. Algunos comentarios negativos me van cargando y cuando estás en una situación complicada crees que son ciertos. El momento en el que dudas es cuando todo empieza a fallar.

Gianna Velarde
Motociclista

Nací en Lima hace 24 años. Estudié Relaciones Internacionales en USIL y ahora sigo un diplomado en Márketing Estratégico en la Universidad del Pacífico. Tengo una escuela de moteros para niños, jóvenes y adultos: .

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