Diario El País/Grupo de Diarios de América (GDA)

Pues bien, se viene otro capítulo en esta particular historia que envuelve al ‘Depredador’ peruano y a la selección uruguaya. Y es, de hecho, la carta ganadora que tiene Markarian. Lo es por potencia. Lo es por técnica. Lo es por su tremendo poder goleador del que Uruguay ya tiene pruebas.

El jugador del Corinthians viene de ser considerado el mejor futbolista del Paulista brasileño. Y goleador. Con la selección tiene la pólvora mojada, pero no quita eso que sea una amenaza constante. No marca para Perú desde el 10 de junio de 2012; el rival: Uruguay en el Centenario.

Ya le había convertido en Mérida por la Copa América de Venezuela en 2007 y le hizo otro en San Juan por la Copa jugada en Argentina, en 2011. Sus 18 goles en 46 partidos lo tienen como el máximo anotador en actividad de la selección de Perú, en la que debutó con 20 años. Tiene 29.

Desde Alemania llegaron los dólares y hacia allá partió para hacer su camino desde abajo. Porque llegó al Bayern Munich, es cierto, pero al equipo B. Claro que, con 49 goles en 70 partidos, pasó unos años después al A. Y llegaron 13 goles más, en pocos minutos de juego.

A su lugar en la Bundesliga lo encontró en Hamburgo. Hizo 51 goles en 183 partidos. Hasta que el Corinthians campeón de América lo fue a buscar en 2012 para ganar el Mundial. Y lo hizo. De carácter duro, a tal punto de lanzarle una botella a un hincha que lo estaba insultando, suele ser de los delanteros duros de pelar.

Va, mete el cuerpo, habla, protesta. Se siente cómodo con los roces e incomoda por esa vía. Y está siempre ahí, donde se definen los partidos, al acecho, como buen depredador.