"Te perdono, Andrés Mendoza", por Pedro Canelo
"Te perdono, Andrés Mendoza", por Pedro Canelo
Pedro Canelo

En tiempos cuando el verano no se resistía a irse, los finales de marzo ya se acompañaban de un tímido viento. No hacía tanto calor como hoy, pero mientras nos acercábamos al estadio Nacional era inevitable sentir la fiebre a cuarenta grados de una esperanza en ebullición. Vestidos con camisetas blanquirrojas, sentados en Oriente con la ilusión veinteañera intacta; Julio, Carlos y yo cumplíamos esos rituales de reencuentro a pocos años de haber egresado de la Universidad. No podíamos haber encontrado mejor pretexto: después de muchos años estábamos frente a una que podía dar el gran salto. Aquel once de Paulo Autuori tenía que ganarle a Ecuador para igualar el quinto lugar con Uruguay en la tabla de las Eliminatorias para Alemania 2006. Ese quinto puesto era el boleto para disputar el repechaje mundialista con Australia. Las tribunas repletas, la canción comercial que pedía sudar la camiseta, las olas humanas agitadas. Estábamos todos invitados a la fiesta pero , delantero hasta ese momento casi infalible, no pudo romper la piñata y apagó todas las velas del pastel hasta dejarnos en un interminable apagón anímico.

 

Era el minuto 88, a pocos metros del mediocampo, Roberto ‘Chorri’ Palacios lanzaba un pase preciso que llegó al centro del área rival. Andrés Mendoza superó en la carrera al defensor norteño y al parar el balón con el pecho dejó atrás al golero Villafuerte. Estaba solo frente al arco y el ‘Cóndor’ o ‘Pantera’  hizo un extraño movimiento con la natural intención de pegarle con la izquierda, la única pierna que dominaba como futbolista. Lástima, Mendoza no pudo conectar, pifió de la manera más inverosímil y luego quiso salvar la situación con un centro a la cabeza de Claudio Pizarro. “Ataque Mendoza, liquide Mendoza, es el gol Mendoza. Increíble, no lo entiendo. Sufrimos todos”, gritó el locutor televisivo Toño Vargas en la transmisión que luego vimos tantas veces hasta imaginar que esa ingrata pelota al fin se convertía en el gol más gritado de nuestras vidas.

Andrés Mendoza fue castigado socialmente por más diez años. Lo insultaron en todos los estadios del país, en centros comerciales, en Twitter y Facebook también. Después de haber sido un delantero implacable que pegó el salto a Europa a finales de los noventa, terminó su carrera poco después de cumplir los treintaitantos en el descendido Pacífico Fútbol Club, donde también falló un gol increíble en la temporada 2013. Si una canción podría resumir la vida urgente del ‘Cóndor’ en un campo de juego, esa podría ser “Necesito un gol” de Charly García.

Han pasado doce años de ese partido ante Ecuador y Mendoza -convertido en un competitivo goleador de Fútbol 7-, reaparece ante cámaras para, por fin, pedirle perdón a todo el Perú. Es cierto que fue en medio de un comentado comercial de una empresa de telefonía, pero Andrés ha logrado exorcizarse ante todos los demonios despertados por un gol imposible.

Suena simple, pero al hincha -sobre todo al peruano- le gusta que le pidan perdón. A Andrés Mendoza lo criticaron todos no solo por ese error ante Ecuador, sino también porque una vez declaró con autosuficiencia que “en la selección no le pagaban” y hasta porque no cantaba el himno nacional. Sí, aceptemos también que había una tinta de racismo en tanto palo para Andrés. Hoy que hace ese ‘mea culpa’, nuestro corazón futbolero podrá descansar un poco y ya no repetir con masoquismo esos videos del partido colgados en Youtube.

Moraleja: hay que pedir perdón en el fútbol. Luis Advíncula lo hizo setenta veces siete después de una indisciplina y después de un año podría volver a ser titular en la selección peruana. Mientras Advíncula hacía ese acto de contrición, Farfán publicaba videos en Instagram rindiendo culto a las vacaciones más largas de su carrera, Vargas no bajaba de peso y Zambrano repetía un discurso de quien no entiende por qué acabó fuera de la selección de un momento para otro. 

Te perdono, Andrés Mendoza. Vaya tranquilo, ya está. Es mentira que con ese triunfo ante Ecuador íbamos al Mundial de Alemania 2006, solo era pelear un quinto puesto con otros cuatro equipos. Además, si repiten la jugada de aquel 30 de marzo del 2005, verán que existe un grado de dificultad en el remate para un futbolista netamente zurdo. Hay que perdonar a Mendoza pero también pedirles a los técnicos de menores que preparen a los futbolistas peruanos del futuro en el dominio de la pelota con los dos pies. Mejoremos esa deficiencia y evitemos otro dolor prolongado en alguna definición decisiva del balompié nacional. Paremos de sufrir. Perdón sí, pero nunca olvido.

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