HORACIO ZIMMERMANN (@Horacon) Redacción Online

Hubo un día en que la Federación Peruana de Fútbol, personalizada en el casi vitalicio Manuel Burga, le ofreció “todo” a Sergio Markarián: ser el DT de la selección mayor y timonear la Sub 20, Sub 17 y Sub 15. A este cargo se le conoce como jefe de selecciones, y lo tuvo en su estructura de fútbol, por ejemplo, el Paraguay del ‘Tata’ Martino. Una semana más tarde, Burga se arrepintió. Cambió de opinión de la noche a la mañana y pactó una nueva entrevista con don Sergio. En ella le pidió que olvide todo lo propuesto y le ofreció únicamente que se haga cargo del equipo mayor. El uruguayo aceptó.

Burga tardó alrededor de siete días para volverse atrás. ¿Cómo es que decidió tan rápido alterar su proposición? En el momento que hizo el ofrecimiento restaban poco menos de cuatro meses para las elecciones al sillón presidencial de la Videna. Dentro de su personal sistema de interminables reelecciones, Burga necesita de los votos de las departamentales para seguir existiendo en el fútbol peruano.

La FPF ha divido el fútbol en dos partes: mayores y menores. Administrativamente, la primera opera bajo la dirección de un gerente (Antonio García Pye); mientras que la segunda es dirigida por una comisión cuyos miembros son elegidos a dedo por el propio Burga. Es, digamos, su comisión. Esta comisión de menores, a su vez, se encarga de seleccionar a los técnicos de la Sub 20, Sub 17 y Sub 15.

Aquí el detalle: si Markarián hubiese sido jefe de selecciones, él y no la junta actual hubiera elegido a los entrenadores que creyera conveniente. Es más, es altamente probable que ni siquiera existiría la comisión de menores.

LA COMISIÓN DE MENORES Hoy quien preside el comité en mención es Yván Vásquez, mandamás del club CNI y, además, presidente regional de Iquitos. Alfredo Britto Mayer, por su parte, es el vicepresidente, aunque también es presidente de la Liga Departamental de La Libertad. Uno de los directores, Gerardo Pérez Quispe, es presidente de otra departamental, la de Cajamarca.

Las departamentales del país (25) votan en mayoría al presidente de la FPF. Es claro que Burga los necesita contentos, no peleados con él, y si para eso requiere darles poder en la comisión, pues no le tiembla la mano. Al contrario, lo hace sin problemas.

Resulta sospechoso entonces que Burga, a solo tres o cuatro meses de las elecciones, haya cambiado su propuesta de la noche a la mañana luego de ofrecerle “todo” a Markarián. El argumento que utilizó para maquillar su arrepentimiento fue que FIFA sugiere que el DT de la selección mayor no tenga nada que ver con las otras (Sub 20, Sub 17, Sub 15). Más que retractarse por convicción, lo suyo parece haber sido un acto de pura conveniencia.

El historial de la comisión de Burga no es nada santo. Por citar algunas perlas: le bajó el sueldo de Juan José Oré y lo relegó por casi un año hasta ubicarlo recientemente en la Sub 15. Luego nombró y destituyó a Ronald Amoretti en menos de 72 horas como entrenador de la Sub 17. Después, y de remate, colocó a un conocido técnico de menores en la Sub 14, Luis Bolaños. Este, precisamente, no es objeto de buenos comentarios. Por ejemplo, se le acusa de haber negociado con padres de familia, tal como contó Julio César Uribe en una entrevista con Deporte Total. “¿Bolaños en la Federación? Es algo que no se puede creer. No sé si esto sea oficial, pero hay personas que están descalificadas moralmente para estar en un cargo, encima, de menores”, dijo.

CASO MAX BARRIOS El reciente escándalo mundial de Max Barrios (o del ecuatoriano Juan Carlos Espinoza Mercado), es la última prueba de ineficacia de la comisión de Burga. Antes de que estalle, y luego de las fiestas de fin de año, el futbolista desapareció. No se supo nada de él en cinco días. Daniel Ahmed, técnico de la Sub 20, mandó a buscarlo en Sullana. Pero el jugador fue hallado en Ecuador. A su regreso, la comisión enmudeció. ¿No era acaso una falta disciplinaria que ameritaba una corrección al jugador?

La comisión de menores no castigó a Barrios pese a que este había fugado. Luego se supo que su permanencia en el equipo fue decidida por consulta popular. Y ni siquiera de los directivos, si no de sus compañeros. ¿Es esto aceptable? Barrios, una semana más tarde, y pese a haber fugado, fue recibido con los brazos abiertos. Al final viajó al torneo Sub 20 como titular indiscutido en el equipo de Ahmed. Su presencia en Argentina y su titularidad comprueban que no hubo castigo. Pero, ¿por qué no se le sancionó? ¿Acaso no fue un acto de indisciplina? ¿Qué hace la comisión de menores de la FPF?

Esta delegación de Burga luego se dio cuenta de que fue sorprendida por quien todo indica sería Juan Carlos Espinoza Mercado, un ecuatoriano de 25 años, casado y con un hijo. La denuncia fue hecha por un asambleísta ecuatoriano. Si el político ecuatoriano no denunciaba el caso, seguramente Barrios hubiera jugado el próximo Sudamericano Sub 20 (2015) con 27 años, y no con 19. En la Videna, claro, ni cuenta se habrían dado. Así y todo Burga dice que tiene una “federación de primer mundo”.

Javier Quintana, secretario general de la FPF, reconoció a elcomercio.pe que en las oficinas de la Videna se conocía de la existencia de la madre ecuatoriana del jugador. Resulta inexplicable que no se hayan dado cuenta de que tardó solo una semana para convertirse en un peruano de 17 años (los datos en su acta de nacimiento y DNI lo comprueban). ¿Era tan difícil verificarlo? ¿Cómo es que un futbolista que llegó a Juan Aurich de la nada el 2012 se convierta en seleccionado nacional y no se conozca qué hizo antes?

Elcomercio.pe consultó a Juan José Oré, técnico conocedor de menores desde hace muchos años, si conocía el pasado de Barrios en el fútbol peruano y confesó que nunca antes lo había visto. ¿Habrá hecho esta misma pregunta a Oré la comisión de Burga? Todo indica que no. Que solo confiaron en el DNI.

Algo parece seguro en el reino de Manuel Burga y su comisión de menores: si mañana un futbolista con cabello canoso se presenta en la Videna con un DNI de menor de edad, al día siguiente lo convocan y lo hacen titular.