HORACIO ZIMMERMANN @Horacon Redacción Online

Sergio Markarián se mantuvo firme a lo largo del proceso: si no clasifico, me voy. No importa cuánto esfuerzo despilfarre Claudio Pizarro o el casi vitalicio de la FPF Manuel Burga para convencerlo de que se quede en el Perú. El entrenador uruguayo no cambiará de opinión y se irá al final de las Eliminatorias. Es decir, luego del partido ante Bolivia, a jugarse en octubre, en Lima.

El técnico se irá del país sin haber cumplido la meta de ir al Mundial y rechazando la oferta de Burga para ser director de selecciones. Su negativa es lógica. Si bien mantiene el pergamino de ser un entrenador reconocido a nivel sudamericano, considera que el adiós al mundial le resta crédito para ejercer aquella función y, sobre todo, la de tratar de ayudar a la mejora del fútbol peruano. Creo que se me cerrarían tantas puertas que continuar sería inútil, dijo el DT.

Todo lo contrario hubiera sucedido si el técnico clasificaba a la Copa del Mundo. Con el consenso del hincha, de la prensa, y sobre todo de las autoridades, hubiera metido la mano sin miedo para intentar mejorar un sistema descompuesto. “(El fútbol peruano) es improductivo, es desorganizado, no es autosuficiente económicamente y hay que replantearse las cosas”, dijo en una antigua entrevista.

El entrenador quiso proponer al Congreso una ley para la mejora de la educación física en los colegios y se enfrentó a la Asociación Deportiva de Fútbol Profesional (ADFP) para modificar el sistema de campeonato con el objetivo de que gane competitividad; sin embargo, le dijeron que primero clasifique al mundial.

“Si llegáramos al Mundial, creo que se me abrirían muchas puertas para hacer cosas buenas como establecer un proyecto. Si no clasificamos, se me cerrarían tantas que sería inútil continuar. Haría daño”, dijo el DT hace algunos meses. Por eso se va. Porque siente que pierde autoridad ante los ‘dueños’ del fútbol peruano, como para ejercer un cargo desde la Videna.