"De futbolista a personaje público", por Raúl Rosales

¿Cuándo un deportista pasa de ser un profesional del deporte a convertirse en un personaje público? Es difícil definir cuándo se da este cambio, pero sin duda el caso de Paolo Guerrero evidencia que esa transición ya se dio.

Luego de que se supiera la sanción de 14 meses para el jugador peruano, la movilización social de solidaridad fue sobrecogedora. Alguno podría decir sobredimensionada, pero ¿y si así somos como sociedad?

La figura de Paolo comienza a salir del espacio deportivo cuando se presenta, con espacio propio, su madre: doña Peta. En el Perú, detrás de un hijo exitoso existe una madre que supo estar detrás de él para que logre sus objetivos.

Tal vez por este motivo la identificación de la población no era solamente con el jugador de fútbol, sino con el éxito de un hijo apoyado por su madre. Nos escapamos del terreno deportivo y pisamos el terreno de lo social.

Si en esta dinámica, el éxito del hijo se ve empañado por una sanción que se considera injusta, es de esperarse que la madre actúe protegiendo a su hijo más allá de la justicia de la mencionada sanción.

LÍDER LEGIMITADO

Creo que más de una madre o hijo en el Perú se deben sentir identificados con esta situación. Por este motivo, las marcas auspiciadoras, lejos de mantener su distancia del jugador, han mostrado su respaldo al capitán de la selección con distintos mensajes de aliento.

En un país como el nuestro, en el que estamos carentes de líderes que nos representen, Paolo Guerrero se erige como un líder que ha sido legitimado por la sociedad no solo en el campo de juego sino fuera de él también.