Huaicos: ¿Por qué tantos damnificados desafían a la naturaleza?

Estamos viviendo una serie de desastres naturales que está generando mucha desesperación y angustia, además de una serie de actos imprudentes entre los damnificados, quienes sin darse cuenta de los riesgos, ponen en peligro sus vidas.

Todo esto responde al cumplimiento de la función principal del cerebro: la supervivencia.

Si nuestro cerebro capta una señal de amenaza o se siente bajo tensión por tener que luchar con alguna dificultad, rápidamente se pone en marcha el modo de supervivencia, que nos obliga a actuar y movernos rápidamente. Uno de los efectos de esta reacción es enfocarnos solamente en el peligro inmediato, convirtiéndonos en pensadores independientes que romperían cualquier regla si creyeran que es necesario para salvarse. 

Ben Sherwood, autor del libro “El club de los supervivientes”, afirma que no todos podemos sobrevivir ante un desastre, solo el 10% lo hace. Él plantea que ante un desastre, el 10% de la gente se agrupa rápidamente, el 80% permanece aturdida y desconcertada, y el otro 10% simplemente se paraliza.

Lo que diferencia a cada grupo es la forma en que su cerebro responde y funciona ante una emergencia.  

Normalmente, en situaciones de crisis, las personas se enfrentan a escenarios nuevos y amenazantes y ocurren a una velocidad que el cerebro no puede procesar, dejando actuar a nuestro cerebro reptil (instintivo). Según Sherwood, un superviviente eficaz es alguien que puede apagar la alarma del miedo y calmar sus emociones (cerebro límbico) y activar su corteza prefrontal (cerebro córtex), la cual regula nuestro estado de ánimo y nos permite pensar, asegurando que tomemos decisiones sólidas.