La infraestructura de Sedapal que causó el aniego en San Juan de Lurigancho está asegurada por hasta US$10 millones. Al miércoles pasado, las indemnizaciones llegaban a alrededor de US$6 millones. (Foto: Archivo El Comercio/ Alonso Chero)
La infraestructura de Sedapal que causó el aniego en San Juan de Lurigancho está asegurada por hasta US$10 millones. Al miércoles pasado, las indemnizaciones llegaban a alrededor de US$6 millones. (Foto: Archivo El Comercio/ Alonso Chero)
Manuela Zurita

A casi dos meses del aniego que afectó a centenares de vecinos de , la compañía informa que ha llegado a acuerdos con el 90% de los damnificados. El siniestro –causado por la ruptura de una tubería de desagüe de – llama a la autocrítica.

Conversamos con Renzo Calda, CEO de Mapfre Perú, sobre las lecciones aprendidas y los pendientes del caso. Día1 también le consultó sobre las perspectivas del mercado y planes de negocio para este año.

A mediados de febrero, El Comercio publicó la historia de la familia Quiroz, que un mes después del aniego continuaba viviendo en un hotel, sin llegar a un acuerdo de indemnización con Mapfre. ¿Llegaron ya a algo concreto?
Sí, a Bryan se le ha pagado su casa, el contenido de su casa y el lucro cesante, que es la pérdida de ingresos que él va a tener a consecuencia de todos los daños vinculados al evento. ¿Por qué Bryan ha sido tan promocionado por la prensa? Primero, porque se le dañaron las únicas dos casas que han sido declaradas en pérdida total por un peritaje del Colegio de Ingenieros. Segundo, acá se combina una suerte de desconocimiento con temor, una imagen que tienen las compañías de aprovechadoras, injustas. Nos la debemos haber ganado de alguna manera, porque si no la gente no tendría –en estos sectores que están lejos del seguro– esa imagen de nosotros. Esto no se corresponde con la realidad de los hechos. Nosotros atendemos a nuestros clientes y si las compañías de seguros no pagaran, no existiríamos.

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¿Por qué no se llegaba a un acuerdo con Bryan?
Él malinterpretó [el finiquito]. La compañía dice “vamos a indemnizarles a todos el contenido, los daños y las pérdidas relacionadas. Esto te lo voy a reconocer ahorita”. [...] Pero se les decía a las personas, “si después hay que derrumbar la casa, eso va aparte y te lo pago aparte”. La verdad que Bryan estaba solo, una persona que nunca ha tenido un seguro, se encontró frente a una situación ya bastante complicada y traumática de por sí, que es perder su casa y vivir en un hotel. Obviamente, hay un grado de ofuscación y él tampoco tenía por qué saber o ser un erudito de los contratos. Él de alguna manera ha estado muy temeroso. También confieso que algunos voceros tampoco ayudaban con el mensaje de “las compañías de seguros están ahí para ayudarte”.

¿Se refiere a autoridades públicas?
Sí, que decían cosas que no eran a favor de llegar a un acuerdo con la compañía. Decían exactamente lo contrario. Nos han tildado de todo lo que no correspondía. Entonces, obviamente eso generó esa situación de incomodad de Bryan.

¿Qué balance hace del siniestro?
El balance es el siguiente: se han empadronado 404 damnificados, de los cuales afectados, con algún grado de afectación, [hay] 367. De estos, al día de hoy (miércoles 27/2) ya hemos llegado a un acuerdo con 329, que es el 90%.

¿Cuándo estiman que terminarán de negociar con los damnificados?
Los casos en negociación que quedan son 17. ¿Qué puede demorar? 10 días más.

La póliza cubría hasta US$10 millones. ¿Cuánto se ha pagado hasta ahora?
Un total de US$3,4 millones por los acuerdos y hay cheques emitidos pendientes de cobro por US$500 mil. Adicionalmente, hemos pagado a un proveedor seleccionado por Sedapal que ha hecho todos los trabajos de limpieza y desinfección de la zona. [En esto] hay como US$2 millones más.

¿Por qué hay cheques pendientes de cobro?
La gente tiene miedo. Hemos visto casos de los que ya hemos pagado, que están cercanos a los US$200 mil. Cheques de US$20 mil o US$30 mil. Es gente que nunca ha visto un cheque de ese tamaño. “No vengas [con el cheque] que me asaltan o me roban”, te dicen. Les han comenzado a asaltar, a cobrar cupos.

¿A cuánto asciende el valor de los casos pendientes de negociación?
Será entre US$500 (mil) y US$1 millón lo que falta.

¿Qué impacto tendrá en su negocio ese caso?
Esto no afecta a la compañía, porque estamos protegidos debidamente por el reaseguro. Desde el punto de vista reputacional, creo que esto es positivo, porque demuestra la bondad de tener un seguro.[...] Pero no podemos ir con marchas y contramarchas. Tienen que haber reglas claras de cómo se tiene que actuar ante una catástrofe. Cuando hay un seguro, déjanos trabajar y la póliza dice lo que hay que hacer.

Renzo Calda, CEO de Mapfre Perú. (Foto: El Comercio)
Renzo Calda, CEO de Mapfre Perú. (Foto: El Comercio)

¿A qué se refiere con marchas y contramarchas?
No quiero culpar a las autoridades, porque al principio retiraban algunas cosas dañadas. Pero como quince o veinte días después del evento, las autoridades dijeron “desechen todas las cosas del primer piso”. Y la gente ya había llegado a acuerdos con nosotros por algunas cosas. [...] Hemos hecho tres veces el mismo trabajo [de valorización]. Lo que tendría que haber hecho Mapfre es no hacer nada durante un mes y esperar que esto se aclare. Los seguros de responsabilidad civil en esencia operan de la siguiente manera: la póliza dice qué pagará a los terceros afectados contra una sentencia judicial de última instancia consentida. Es a lo que legalmente estamos obligados. Cada una de esas personas tendría que habernos demandando, ganado su juicio y ahí [según] lo que un juez diga, le pagamos. Nadie podría haberse quejado de nada. Imagínate el lío mediático que hubiéramos tenido. Tenemos la facultad de hacer lo que hemos hecho [indemnizar sin sentencia previa]. Creemos que ese es el camino y lo seguiremos haciendo.

¿Cuáles son sus lecciones aprendidas del aniego?
Tenemos que ser aun más claros. El finiquito tiene que ser más explícito y sencillo de entender para las personas que no forman parte de este círculo [sector asegurador]. Además, a veces las compañías hacemos muchos esfuerzos por desarrollar productos y soluciones para segmentos no asegurados y pensamos en el mundo de la cobranza de la póliza y seguimos aplicando las recetas del pasado a la gestión de los siniestros. Este evento nos ayuda y nos abre los ojos respecto a la gestión del siniestro.

Por último, ¿cuáles son sus perspectivas del negocio para este año?
En el 2018, en Mapfre hemos crecido 11,29%. El año pasado fue bueno, porque el mercado creció casi 12%, mientras que el año previo decrecimos. [...] Este año apuntamos a un mercado de dos dígitos por dos cosas. Por un lado, la penetración en las zonas que no tienen reaseguro está aumentando, porque el consumo y la capacidad adquisitiva hemos visto que desde el 2018 está creciendo. Por otro lado, el costo del reaseguro está subiendo y, en consecuencia, los ingresos de las compañías de seguro de los riesgos vinculados al reaseguro van a subir.

La venta de seguros de renta privada ha sido muy dinámica el año pasado. ¿Les interesa participar de este negocio?
Cuando se da la ley del retiro de fondos de las AFP y se permite rescatar de manera anticipada hasta el 95,5% de los ahorros, el sector asegurador sufre muchísimo, porque se dejan de contratar las rentas vitalicias. [...] Nosotros no trabajábamos con rentas vitalicias por políticas de riesgos de la empresa. Vamos a trabajar las rentas particulares, que son períodos más cortos. [...] El riesgo de inversiones es mucho menor y el riesgo de longevidad ha quedado eliminado. Para Mapfre eso es una oportunidad. La decisión de hacerlo ya está tomada. Estamos desarrollando el producto y la estrategia. Creo que vamos a estar en el mercado en el segundo semestre.

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