En primera posición ubicamos a Chile, país que se ubicó en el puesto 35 con una calificación de 53,6% en el ranking de negocios de Henley & Partners.
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Agencia Bloomberg

El gobierno de tiene una tarea difícil: aprobar una reforma fiscal que sea neutral en términos fiscales, popular para la comunidad empresarial y aceptable para una oposición que impulsó aumentos de impuestos a las empresas hace apenas cuatro años.

El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, dice que necesita simplificar el sistema dual heredado del gobierno anterior para impulsar la inversión. Los últimos cuatro años de caída de la inversión coinciden con el período de crecimiento económico más lento desde principios de la década de 1980, y Larraín se dio un mes de plazo para presentar propuestas.

El ministro de Economía, José Ramón Valente, dijo a Bloomberg la semana pasada que su objetivo era un crecimiento anual de la inversión del 6% al 7% durante los próximos cuatro años para garantizar una expansión económica del 4% al 4,5%. 

Un crecimiento así requeriría incentivos financieros además de la disminución de la burocracia que se ha anunciado. Sin embargo, las opciones de Larraín están limitadas por su propia promesa de hacer que los ingresos de la reforma fiscal sean neutrales y sea aprobada por un Congreso donde el gobierno tiene una minoría.

"Hay limitaciones en la reforma desde muchos lados", dijo Alejandro Fernández, consultor principal de Gemines, una consultora económica en Santiago. "El gobierno no puede simplemente confiar en el crecimiento económico para recaudar más ingresos fiscales".

El presidente Sebastián Piñera ya abandonó una de sus promesas de campaña de reducir la tasa de impuestos corporativos del 27% al 25%, aduciendo un deterioro de la posición fiscal.

La comunidad empresarial, decepcionada por la decisión, esperará que Larraín lo compense con reducciones de en otras áreas.

LO QUE SE ESPERA

Muchos economistas esperan que Larraín proponga un sistema "integrado" que permitiría a los accionistas descontar el impuesto corporativo de sus impuestos personales. Con un tramo máximo de impuesto sobre la renta del 35% y un impuesto a las empresas del 27%, los accionistas solo pagarían un 8% adicional sobre los dividendos. Actualmente pagan un total del 44,5%.

Gobierno de Chile compró televisor de US$ 14 mil en plena austeridad. (Reuters).
Gobierno de Chile compró televisor de US$ 14 mil en plena austeridad. (Reuters).

Además, las personas no pagarían impuestos sobre los dividendos que se pagan en una empresa de inversión y no se retiran. La mayoría de las personas con mayores ingresos en Chile usan este tipo de empresas de inversión.

"Técnicamente, tendrías un recorte de impuestos para los accionistas" que podría incentivar una mayor inversión, dijo Joseph Courand, socio principal del área de impuestos en Deloitte Chile en Santiago.

A la oposición le costará aceptar los recortes de impuestos para las personas de mayores ingresos, especialmente después de que Larraín anunció el mes pasado un paquete de austeridad de US$1.150 millones al año.

"Dado que el gobierno está ajustando su gasto fiscal, cualquier recorte fiscal percibido para los ricos o aumento en los impuestos para las clases baja y media no sería políticamente tolerable", dijo Fernández.

LLENANDO EL VACÍO

Larraín podría elevar el nivel más alto del impuesto sobre la renta para hacer la reforma más aceptable. Otros economistas han discutido la idea de aumentar el impuesto al valor agregado o impuestos específicos sobre las bebidas alcohólicas, los cigarrillos y la gasolina, ninguno de los cuales sería popular.

Larraín ya dio algunos pasos en este sentido la semana pasada cuando anunció planes para gravar la economía digital, incluidas compañías como Spotify, Netflix, Uber y Apple Store. Fue una forma de "nivelar la cancha " para las empresas locales, dijo.

Sin embargo, un estudio de la Universidad de Chile realizado el día después del anuncio estimó que gravar esas actividades recaudaría un máximo de US$109 millones al año, no lo suficiente como para tener un gran impacto en una economía que recaudó US$68.600 millones en impuestos el 2016.

"La posibilidad de gravar la economía digital sin duda es una alternativa atractiva, pero no está claro si tiene el potencial de recaudar ingresos a corto plazo", señaló Fernández.

El ministro de Hacienda dijo que dará a conocer la propuesta tributaria el próximo mes, lo que dará paso a un período de negociaciones con los legisladores antes de que la reforma se presente al Congreso en septiembre. A medida que se acerca la fecha, aún hay poca claridad sobre los planes.

"El diablo está en los detalles", dijo Raimundo Soto, economista en la Universidad de Chile. "Si el gobierno depende de la promesa de crecimiento económico para impulsar la reforma fiscal, están expuestos a muchos impactos externos negativos ".

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