La golpeada economía del euro comienza a enviar señales de recuperación, pero aún es demasiado pronto para cantar victoria en la lucha contra la crisis, advirtió hoy el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi.

El italiano hizo un ejercicio de prudencia tras la primera sesión del año en la que el Consejo de Gobierno del banco resolvió por unanimidad mantener las tasas de interés en el mínimo histórico de 0,75%, evitando así nuevos estímulos a la coyuntura pese a la recesión en la Zona Euro.

SEGUIR TRABAJANDO Draghi se mostró optimista de cara a la segunda mitad del año, cuando debería comenzar una gradual recuperación gracias a la mayor confianza en los mercados financieros, la menor volatibilidad, el aumento de depósitos en bancos periféricos o la subida de las Bolsas.

Sin embargo, Draghi advirtió que la debilidad económica se prolongará en el inicio de 2013 y el banco aún no analiza estrategias de salida para sus medidas de estímulo no convencionales. En otras palabras: la crisis sigue abierta. Para ver un punto de inflexión hace falta mucho más que una estabilización de los mercados financieros, advirtió el banquero.

De otro lado, consultado por las cifras desbocadas de desempleo en España y otros países en crisis como Grecia, el funcionario europeo insistió en reclamar más reformas estructurales a los gobiernos, en particular para proteger a los jóvenes, los más afectados por la pérdida de trabajo.