Productividad. Las prácticas de los gerentes influyen más en la ganancia de productividad que las máquinas, según investigación. (Foto: Thinkstock)
Productividad. Las prácticas de los gerentes influyen más en la ganancia de productividad que las máquinas, según investigación. (Foto: Thinkstock)

Hay pocas del ao cuando el trabajo se siente ms fastidioso. Esta es una de ellas. Es verano. Wimbledon est en marcha. Tambin la Copa Mundial. Aun si no te importa el tenis ni el ftbol, te llega suficiente emocin secundaria para sentirte desinclinado a esforzarte en la oficina.

Una solucin popular es hacerse el enfermo, segn un extravagante informe, 3,5 millones de individuos fingirn estar enfermos durante el torneo de ftbol en Inglaterra solamente. Pero no solo es fingir enfermedad una solucin a corto plazo, adems va tanto en contra de mi crianza que nunca lo he hecho en 35 aos de empleo, as que sera un poco tarde para empezar ahora.

Eso no quiere decir que yo est en contra de evitar el trabajo en general. Al contrario, es necesario para la supervivencia y es una habilidad que uno necesita, no solo a finales de junio, sino todo el ao. Bien ejecutado, no conduce a carreras fracasadas, a veces conduce a las ms exitosas.

Tomemos el ejemplo de dos hombres que conozco, ambos de la misma edad, ambos igualmente talentosos. Uno es un imn para el trabajo adicional, que le echan encima siempre. A veces se queja un poco, pero diligentemente despacha la pila de tareas aburridas. El otro hombre nunca hace ninguna tarea adicional. No es exactamente perezoso, pero solo trabaja en las cosas que le interesan. En su tiempo libre, se sienta en su oficina a ver el tenis en su iPhone.

Cul de los dos es ms generosamente recompensado por su esfuerzo desigual? El Sr. Cumplidor? O el Sr. No-Tan-Cumplidor? La triste realidad es que el primero no ha recibido ningn beneficio de realizar el trabajo fastidioso, mientras que el segundo no ha sufrido ningn castigo por evitarlo.

He estado tratando de comprender por qu el Sr. No-Tan-Cumplidor se sale con la suya. Al principio pens que se trataba de decir no. sta es una habilidad que he logrado finalmente dominar despus de ensayarla por dos dcadas. Resulta que es bien fcil: uno simplemente dice no en el momento, sin dar explicaciones.

Sin embargo, en mi experiencia, los que tienen la habilidad de eludir el trabajo casi nunca dicen no. Hacen algo muchsimo ms ingenioso: evitan que se les pida hacerlo en primer lugar. Hay algunas estrategias bien conocidas para esto, que incluyen dar vueltas con un portapapeles aparentando estar ocupado o usar audfonos o mirar atentamente la pantalla prohibiendo que alguien se acerque.

Pero el Sr. No-Tan-Cumplidor me dice que su secreto es mucho ms sencillo, l simplemente reduce al estricto mnimo el tiempo que pasa en la oficina. Si no ests presente fsicamente es extraordinario el poco trabajo rutinario que te pueden pedir que hagas. Es cierto que algunas peticiones se hacen a travs del correo electrnico, pero l me asegura que es fcil zafarse de ellas si esperas 24 horas antes de responder, para entonces ya habrn reclutado a otro pobre diablo en tu lugar.

El problema con este truco es que si uno nunca est en la oficina, a la gente se le olvida que uno existe. Afortunadamente, hay otra estrategia para evitar el trabajo que yo he usado con tanto xito que me sorprende que no exista un cuerpo de literatura apoyndola, ni cursos enseando como realizarla.

Es meter miedo. A las personas aterradoras nadie les pide que realicen trabajos rutinarios. La dificultad es que ser aterrador es parcialmente una caracterstica innata, y parcialmente se desarrolla con la antigedad en el trabajo. Sin embargo, al menos pudiera ser posible hacerse un poco ms aterrador jugando con el miedo de lo desconocido de los colegas. Le tenemos miedo a la gente cuyo comportamiento no podemos predecir; as que podra ser una buena idea alternar comportamiento taciturno con ataques de locuacidad. La gente podra pensar que uno es temible, o podran pensar que uno se est volviendo loco.

La mejor tcnica para evitar el trabajo es ser perfectamente complaciente, pero perfectamente incompetente. Este truco lo practican mucho en casa mis hijos, quienes cuando uno les pide que laven los platos lo hacen tan mal que esto se vuelve un desincentivo serio para volver a pedrselos, especialmente si hay alguien ms competente para hacerlo.

El equivalente de la tcnica de lavaplatos en el trabajo es ser intil para las tareas menores. Entregar informes aburridos tarde o escribir actas incompletas en las reuniones. Desgraciadamente, este es un truco solo para la clase avanzada: no se debera intentar a menos que uno tenga la reputacin de ser bueno en las tareas mayores. Entonces te perdonarn y (sta es la parte injusta) hasta te respetarn por esta incompetencia y falta de voluntad.

Entonces cuando te encuentren viendo descaradamente el torneo de Wimbledon en tu computadora, todos sonreirn con indulgencia y pensarn que en realidad eres un gran tipo.