Demanda de energía eléctrica está garantizada hasta el 2016
Demanda de energía eléctrica está garantizada hasta el 2016
Gonzalo Carranza

¿Cómo ha sido el tránsito a encargarse de toda la compañía?
Toda mi vida he trabajado en generación y distribución de energía eléctrica. Y es una vida bastante larga, así que he visto toda una evolución en las formas de producción de electricidad. He pasado por gas, nuclear, carbón y renovables. Por eso, el nuevo cargo no me pareció diferente, solo más grande y complejo.

¿Cómo maneja esa complejidad?
Hemos reorganizado Enel. En un lado están las tecnologías, que se dirigen globalmente. Teníamos Enel Green Power y al costado le hemos puesto las tecnologías convencionales de generación  y las redes de distribución . Nuestra lógica es que estas tecnologías se comportan de la misma manera en todos los lugares. A una turbina no le interesa dónde está. Por lo tanto, tenemos una sinergia tecnológica que se puede aprovechar mejor con un enfoque global.
La segunda parte se basa en entender que nos debemos a la gente que necesita energía. Y a la gente solo se le puede entender localmente. Por eso, hemos dividido la empresa en áreas geográficas y los country managers tienen la responsabilidad de dialogar con  los clientes, con las autoridades y con los reguladores.

¿Qué  tendencias ve en el sector? 
Una fuerza que no se puede controlar es la tecnología. Se está dando una transformación muy veloz de la manera de producir energía y también en cómo se gestionan las redes con la tecnología digital. No podemos resistir estos cambios, son como una marea. Por eso, el plazo para tomar decisiones tiene que ser corto.
Hay tres consecuencias. La primera es enfocarnos en más proyectos, pero más pequeños. Fragmentación de proyectos y granularidad de decisiones. La otra es que dijimos basta al riesgo de commodities. Solo vamos a producir energía eléctrica que sabemos que vamos a vender y que sabemos a qué precio. Y la tercera es que, por la transformación digital, vamos a impulsar el crecimiento de las redes. Es la parte de la cadena de valor que más sentido tiene en el futuro. 

¿Cómo detecta estas tendencias?
Tenemos un área donde van innovación y sostenibilidad juntas. Fue bastante raro al inicio. La gente ve innovación como algo tecnológico y sostenabilidad como algo cerca de las comunidades. Pero también hay innovación en el modelo de negocio o en ver si somos realmente sostenibles. Este grupo de gente agrega valor porque no está en una oficina pensando, sino que trabaja en el campo, a través de toda la organización.
En el mundo hay cerca de 1.200 millones de personas sin electricidad o con un acceso muy limitado a esta, y estamos buscando con la ONU una solución simple y robusta, que no cueste más y que no necesite un ingeniero para gestionarla. Cuando demos con ella, ¿por qué no se puede ampliar a todos? Hay un flujo de innovación que viene de las iniciativas de sostenibilidad y que puede tener un gran impacto en el negocio.

¿Esas soluciones del futuro están orientadas a energías renovables o a fuentes convencionales?
Los costos de las renovables están bajando rápidamente. Y, en realidad, es muy difícil hacer una comparación entre algo que no se controla, como el precio del gas o el carbón, y algo que está fijo en cero como el precio del viento o de la luz solar... Al menos hasta que alguien le ponga un impuesto (risas). Pero el problema no es solo de generación de energía eléctrica. Es fundamental la gestión inteligente y digital de las redes de distribución. 

¿Cuánto de su tiempo está dedicado a América Latina?
Verdaderamente está creciendo mucho (risas). Ahora tenemos este ciclo a la baja de los commodities que ha afectado a algunas economías sudamericanas, pero es algo temporal. Lo que se observa en América Latina, con diferencias por países, es que hay un crecimiento de la demanda de energía que no se da solo por la actividad económica, sino por el hecho de que la población es joven, las familias se multiplican y la vivienda crece. Hay una demanda demográfica que es de largo plazo. Y en términos legales y regulatorios, América Latina no va a volver 20 años atrás. Nadie puede decir que hay posibilidad de un desastre legal en estos países. 

¿Planea elevar la exposición de Enel a América Latina?
Sí. 

¿En qué magnitud?
El 18 de noviembre anunciaremos un nuevo plan ante nuestros inversionistas, así que no puedo adelantar mucho. Pero ya en el plan de marzo, América Latina era la geografía donde más íbamos a invertir. Seguirá así. Vamos contra la gente que dice que América Latina es un riesgo grande. Hay países y países, y nosotros tenemos presencia en Perú, Colombia y Chile, donde hay todo para crecer. 

¿Cómo va la reorganización de activos de Endesa? En Chile ha sido criticada por los accionistas minoritarios, en especial dos AFP. 
Antes Endesa era muy compleja, pero la hemos delimitado a una geografía: la península Ibérica. Fue un éxito separar los activos de América Latina.  No veo riesgo en Chile. Los minoritarios allá no son todos iguales. Hay uno y medio que hablan más y otros que hablan menos. Hay una minoría de minoritarios. Estoy convencido de que la reorganización va a ser aprobada. 

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