"Vamos de la mano con la tecnología. Hemos incluido un cargador portátil en las mochilas”, señala Piñashca. (Foto: El Comercio)
"Vamos de la mano con la tecnología. Hemos incluido un cargador portátil en las mochilas”, señala Piñashca. (Foto: El Comercio)
Salvador Candia Gamarra

Hace 29 años, Freddy Piñashca paseaba con su enamorada. En un momento, ella vio a alguien con un maletín. Le gustó tanto que le pidió que se lo regalase. Al buscar el maletín deseado, Piñascha se dio cuenta de que era un producto rentable. 

Hoy, 27 años después y con 50 tiendas en distintos ‘malls’ en todo el Perú, Piñashca es también uno de los Líderes Empresariales del Cambio () 2018. Y, por cierto, está felizmente casado con aquella enamorada. En el maletín que ella vio por la calle, estaba el secreto de su éxito.

—Usted dice que es una persona entusiasta, apasionada y sin temor a fracasar. ¿Pero alguna vez sintió miedo a cometer errores?

Eso es inherente a todo emprendedor; es parte de este juego. Con la llegada de los ‘malls’ en el 2007 sabíamos que teníamos que estar ahí, ingresamos y nos fue extraordinario. Sin embargo, en el 2009 impactó la crisis financiera de EE.UU. y todo se complicó. Entonces, se había retirado del mercado una transnacional que competía con nosotros. Así que nos la jugamos, hipotequé mi casa y hasta la de mis padres, con lo cual llegué a tener 16 tiendas en ‘malls’ en el 2011. Fue una decisión muy difícil, pero salimos airosos. Ahora contamos con 50 tiendas en el Perú.

—Decide dar un paso importante al importar sus productos desde China. ¿Cómo fue tomar esta decisión?

Fue difícil aunque necesario, porque siempre tenía problemas con la producción. Llegó un importador chino y me propuso traer los productos desde su país. Él conocía mi trabajo y, al principio, no quiso que le adelantara el pago. Me propuso enviarme todo el cargamento y que, una vez todo estuviera vendido, le cancelara.

— Y esto lo llevó a aprender chino mandarín.

Analicé la situación y me di cuenta de que hablando su idioma podía conversar directamente, por ejemplo, con el jefe de línea de producción o con el mismo costurero del producto, para que pudieran entender qué quería. Cuando ellos me hablan en inglés, les digo: “En Estados Unidos, hablo inglés; en China, hablo chino”.

—Con el tiempo, la imagen que proyecta Porta ha evolucionado. ¿Cómo ha cambiado la empresa con los años?

Las tendencias y corrientes van cambiando, y no puedo ser ajeno a ello. Vamos de la mano con la tecnología y esta marca ahora es más amigable; hemos implementado ideas como la inclusión de un cargador portátil en las mochilas. Cumplimos 27 años y seguimos apuntando a ser una marca global.

—¿Cómo recibió la noticia de ser un Premio LEC?

Me siento muy honrado. Soy una persona de perfil bajo y no suelo comentar lo que hago. Me satisface ver que la gente use mis productos y que no sepan que yo soy quien está detrás de la marca. Treinta años después de haber regalado mi primer maletín a mi esposa, es bueno mirar en retrospectiva y compartir esta historia con los jóvenes.

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