Balance: Villarán no pudo concluir obras ni enfrentar la informalidad
Balance: Villarán no pudo concluir obras ni enfrentar la informalidad
Redacción EC

Por Bruno Giuffra, ministro de la Producción ()

Disminuir la en el país es una de las metas más importantes trazadas por el presente gobierno. Acertadamente, nuestro presidente le ha puesto la mira y toda su atención a la principal deficiencia de la estructura empresarial peruana.

La formalización es fundamental para asegurar nuestro desarrollo empresarial. Es la única herramienta para combatir la competencia desleal que supone para el sector formal que, operando en el mismo mercado, tiene que asumir los costos de la formalidad a nivel laboral y tributario. No es gratuito que la informalidad sea para los empresarios la principal limitante de su crecimiento, según la Encuesta Nacional de Empresas del 2016.

El escenario actual, como línea de base, es muy retador: las pequeñas empresas son muy poco productivas y la mayoría informal. El 56% de las mipyme no están inscritas en la Sunat y el 75% de nuestra fuerza laboral no tiene beneficios sociales. ¿La razón? Muchas dificultades obstaculizan su conversión: trámites engorrosos y costosos, cargas y anclas laborales, manejo contable, el cálculo y pago de impuestos y, desde un frente no menor, desconocimiento total para muchos de lo que supone ser formal. 

El gobierno ha tomado un primer conjunto de medidas para atacar frontalmente este problema: ha creado un nuevo régimen tributario para las microempresas y pequeñas empresas, mucho más sencillo y efectivo en términos de operatividad, y ha lanzado un esfuerzo de simplificación administrativa sin precedentes en las últimas décadas. Y en el frente laboral muy pronto tendremos novedades. 

Desde Produce estamos haciendo que las empresas formales sean mucho más productivas de lo que hoy son, jalando palancas que estaban oxidadas y atracadas durante años por su inmovilidad y nula atención. Queremos nivelar la cancha para los formales de cualquier tamaño. De forma directa o de la mano con otros ministerios, estamos limpiando (además de algunas locuras) el laberinto normativo y la sobrerregulación que heredamos y que afecta a todas las empresas. Estamos eliminando trámites absurdos, requisitos inútiles que asfixian y que además son la fuente primaria de la corrupción. Estamos simplificando actividades vinculadas a importaciones, exportaciones, autorizaciones sanitarias, licencias de funcionamiento, producción industrial y artesanal, permisos de operación de plantas, ordenamientos de pesca, etc., siendo medidas que abaratan, simplifican, agilizan y mejoran la operación de decenas de miles de empresas afectadas que necesitan, a gritos, atención de emergencia. 

A la vez hemos creado los centros de desarrollo empresarial (CDE), que juegan un papel fundamental para la creación de nuevas empresas y su capacitación en gestión empresarial, priorizando la digitalización como un imperativo impostergable. Los CDE son espacios físicos implementados por Produce en alianza con instituciones privadas y públicas, que permitirán crear una empresa en 24 horas a un costo aproximado de S/50. 

Así, las cámaras de comercio, notarías, gobiernos regionales e instituciones académicas, entre otros, serán habilitados como CDE con un modelo de operación muy parecido al de una franquicia, de tal forma que el ministerio solo controla y guía, pero no asume la carga administrativa que la operación de los CDE supone ni la burocratización que implica. Estamos haciendo un modelo de gestión donde el sector privado también ayudará a formalizar y capacitar a empresas en todo el territorio nacional. 

Los resultados del piloto que hicimos para probar esta iniciativa son muy alentadores: en cuatro meses más de 9.000 personas han asistido a los CDE, se han brindado más de 11 mil asesorías y hemos constituido más de 1.500 empresas. Por otro lado, ya tenemos más de 200 solicitudes para abrir nuevos CDE y creemos que podremos llegar a 500 en los próximos años. La revolución de la formalización ya empezó.