Cineplanet y Cinemark: Las dudas tras los fallos de Indecopi

Este fin de semana la Sala Especializada en Protección al Consumidor (SPC) del Indecopi determinó, en última instancia administrativa, que Cinemark y Cineplanet tendrán que permitir que los usuarios ingresen a sus salas de cine con alimentos y bebidas propios, y no exclusivamente con aquellos que hayan sido comprados en sus dulcerías.

La entidad explicó que tal prohibición se considera como una “práctica abusiva” que pone a los consumidores en desventaja, pues restringe su derecho legal a la libre elección, reconocido en el Código de Protección al Consumidor.

Con este fallo, ahora los consumidores podrán ingresar con alimentos “iguales y/o de similares características, de acuerdo a los usos y costumbres del mercado” a los que ofrecen Cineplanet y Cinemark en sus dulcerías.

La secretaria técnica de la SPC, Liliana Cerrón, precisó que las demás cadenas de cines no están obligadas a acatar estas medidas.

LAS IMPLICANCIAS

El Indecopi presentó dos fallos, de entre 45 y 50 páginas de extensión cada uno, donde prevalece la falta de análisis económico de las normas, según expertos consultados por El Comercio.

La información financiera de las empresas de cine habla por sí sola. Del total de ingresos que perciben las firmas, un porcentaje importante proviene de las ventas de dulcería. Por ejemplo, Cineplanet obtiene alrededor del 40% de sus ingresos totales de la venta de comida.

Así, la comida es parte de una estrategia de negocio que implica usar, en conjunto, los precios de las entradas y los de la comida.

“Independientemente de que en su minuta de constitución una empresa diga que es un cine, lo que hace es ofrecer una experiencia. Aquí Indecopi, con lógica errada, desempaqueta algo que es inherentemente un mismo servicio”, cuestiona Santiago Dávila, socio de EA Consultores.

El equivocado análisis del modelo de negocio de los cines se evidencia en la elaboración de los fallos, sostiene Christian Chávez, socio de Baxel Consultores. Solamente los argumentos de los votos en discordia reconocen la importancia de las dulcerías en las estructuras de ingresos de estas empresas.

En ese sentido, Chávez advierte que las pérdidas para los cines podrían ir más allá de la vulneración a su estrategia de precios.

“Estos cines tienen contratos de exclusividad con algunas marcas proveedoras, y ahora se pone a la empresa en una situación complicada porque no podría cumplir con esos acuerdos. Esto va a impactar porque los contratos prohíben consumir otra cosa”, observa.

Por ejemplo, Cineplanet tiene un convenio con Pepsico, mediante el cual asegura la venta exclusiva de su marca de gaseosas, a cambio de suministrarle un volumen importante de bebidas.

NUEVOS DESAFÍOS

Los fallos del Indecopi abren la puerta a varias interrogantes. En primer lugar, y según precisa el propio organismo, los encargados de determinar qué son alimentos “iguales y/o de similares características, de acuerdo a los usos y costumbres del mercado” serán las mismas empresas de cine.

Esto, a su vez, genera más dudas. Luis Diez Canseco, socio de Diez Canseco Competencia & PI, se pregunta si los cines deberán tener nuevo personal revisando los bolsos de las personas para evaluar qué alimentos entran y cuáles no.

En el caso de las salas premium, Diez Canseco considera que esta tarea sería aun más complicada, pues ofrecen cocteles y bebidas de contenido alcohólico. Al respecto, Cerrón señaló que los consumidores sí podrían ingresar licor en las salas prime, cuidando que las presentaciones sean personales; no botellas.

Al respecto, Dávila advierte que esto le traslada los costos de implementar los fallos de Indecopi a los cines. “¿Realmente se beneficia al consumidor con ese tema?”, cuestiona. “Y si no va a tener impacto, ¿para qué lo hicimos?”, sentencia.

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