El nuevo Aeropuerto Internacional de Chinchero en Cusco (AICC) es técnicamente viable y económica y socialmente rentable. Así lo confirmó Giancarlo Villafranqui, Jefe de Proyectos Aeroportuarios de Pro Inversión, durante la presentación del estudio de factibilidad de dicho aeropuerto en la sede del Gobierno Regional del Cusco.

Durante el evento, que contó con la participación del Presidente Regional del Cusco, Jorge Acurio Tito, autoridades locales y especialistas, se informó que los estudios han determinado que el AICC podrá operar las 24 horas del día y que cumplirá con todas las normas aeronáuticas, de manera que podrá acoger la creciente demanda turística del Cusco en los próximos años.

El AICC tendrá un nivel de servicio IATA B, es decir brindará a los pasajeros un adecuado nivel de confort en un terminal de 40.000 m2. Asimismo, tendrá conexión internacional directa desde las principales ciudades de América Latina.

El Jefe de Proyectos Aeroportuarios de Pro Inversión, Giancarlo Villafranqui, informó que el objetivo del proceso de promoción del AICC es seleccionar a una empresa o consorcio privado que se encargue del diseño, construcción, financiamiento, operación y mantenimiento del aeropuerto por un plazo de 40 años.

El operador aeroportuario deberá contar con capacidad de gestión y operación por encima de 4 millones de pasajeros por año, así como con un patrimonio neto mínimo de más US$140 millones y facturación anual de US$48 millones. A la fecha, hay 24 empresas que han comprado derecho de participación. Adicionalmente, hay cinco empresas que ya han sido precalificadas.

El funcionario también destacó que la inversión necesaria para el inicio de operaciones es de US$539 millones, cifra que podría incrementarse a US$659 millones en futuras ampliaciones y rehabilitaciones.

EN DETALLE El diseño del proyecto deberá ser amigable con el paisaje de la zona para fortalecer el turismo, preservando la cultura y mejorando la calidad de vida. Otro beneficio será la generación de puestos de trabajo para las comunidades campesinas y los pobladores de las zonas comprometidas en el proyecto, pues el concesionario deberá capacitarlos gratuitamente en actividades aeroportuarias, para su posterior contratación.

Finalmente, se resaltó que el concesionario deberá contar con un Estudio de Impacto Ambiental aprobado, así como un Plan de Monitoreo Arqueológico. Los estudios necesarios podrían tomar aproximadamente dos años, luego de los cuales se procederá a la construcción del aeropuerto en un plazo de tres a cinco años para finalmente iniciar operaciones.