JUAN SALDARRIAGA V

Los defensores del reingreso de Petro-Perú al ‘upstream’ del sector hidrocarburos sostienen que el candado que limita sus proyectos de inversión (Art° 6 de la Ley 30130) no cierra las puertas al desarrollo del lote 64, que está en su poder desde abril del 2013. En efecto, a decir de Miguel Palomino, director gerente del Instituto Peruano de Economía (IPE), se pueden hallar fórmulas creativas para sacarle la vuelta a la ley, pero de hacerse, ello le costará una fortuna al erario nacional.

“Ha sido una buena idea poner un candado para limitar las inversiones de Petro-Perú. La población debe entender que el rechazo a la actividad empresarial del Estado en el sector hidrocarburos no es puramente ideológico. Lo que sucede es que la exploración y explotación requiere enormes cantidades de capital y, en el caso de la exploración, el riesgo [de dilapidar fondos públicos] es demasiado grande”, dijo.

Esto sucede con el lote 64, donde la canadiense Talisman invirtió US$500 millones en labores de exploración antes de decidir desprenderse del proyecto con todas sus reservas (55 millones de barriles de crudo liviano), el cual fue a parar a Petro-Perú.

La pregunta clave es: ¿por qué se fue Talisman? Según Víctor Sanz, profesor de Geología de la UNI, la respuesta está en el alto riesgo del proyecto. “El lote 64 es muy riesgoso por dos razones: el alto costo de los sondajes de perforación (más de U$100 millones cada uno) y la profundidad en la que se encuentran las reservas de petróleo: 16 mil pies”, explicó.

Jaime Pinto, abogado especialista en energía, resalta que el desarrollo inicial del proyecto demandará más de US$250 millones, dinero que Petro-Perú no tiene y que las petroleras internacionales son reacias a financiar debido a que la estatal no aportará nada.

“¿Qué valor agregado puede representar Petro-Perú para un Exxon o un Shell? Son empresas que deben tomar decisiones, mientras que Petro-Perú es un paquidermo que no toma ninguna”, sostuvo.

“Si con todos sus recursos financieros Talisman no consiguió un socio que quisiera aportar capital para el lote, ¿qué nos hace pensar que Petro-Perú sí podrá?”, inquirió Palomino.

El lote 64 tiene 55 millones de reservas certificadas de crudo liviano. Petro-Perú estimaba hace poco que podría ponerlo en producción en el 2016.