El empleo en el sector privado acumuló un aumento de 4.2% entre enero y octubre. (Foto: GEC)
El empleo en el sector privado acumuló un aumento de 4.2% entre enero y octubre. (Foto: GEC)
Katherine Maza

La expectativa de los limeños sobre su situación económica para el 2019 mejoró en diciembre, manteniéndose optimista, de acuerdo con el Índice de Confianza del Consumidor (), elaborado por Apoyo Consultoría. Durante el último mes del 2018, el 62% de los entrevistados señaló que espera mejoras económicas para los siguientes doce meses; se trata del mayor porcentaje de los últimos 3 años.

Este resultado estaría respondiendo al período de aceleración que está atravesando la economía peruana, la cual creció 4,1% en octubre y espera alcanzar tasas de 5,0% y 4,1% para noviembre y diciembre, respectivamente, según estimaciones del Banco Central de Reserva (BCR).

A esto se suma la previsión de que el país liderará el crecimiento económico de la región este año y el siguiente, apoyado principalmente por un impulso de la demanda interna y su incidencia en las actividades no primarías, así como de la inversión privada que compensaría el menor gasto público asociado al cambio de autoridades locales y regionales.

Apoyo Consultoría señala que el componente de las expectativas está muy relacionado con la aprobación presidencial, la cual ha aumentado en los últimos meses. Es así que parte de esta mejora estaría explicada por un mayor respaldo al presidente Martín Vizcarra.

No obstante, se presenta un escenario completamente diferente cuando se ve la evolución de la confianza del consumidor de la capital. Si bien la lectura se ubicó en 50 puntos en diciembre, una mejora respecto a los niveles de octubre (46 puntos) y noviembre (48 puntos), suele tratarse del mes de mayor optimismo debido a las fiestas de fin de año y al pago de gratificaciones.

En ese sentido, la consultora retiró dicho efecto estacional para “limpiar” los resultados y hacerlos comparables con los meses anteriores. Como resultado se obtuvo que, en realidad, la confianza de los limeños permaneció en el tramo pesimista, registrando incluso uno de los peores cierres de año desde el 2009.

Cabe recordar que un índice por encima de los 50 puntos indica que la confianza del consumidor es positiva denotando optimismo; mientras que por debajo de ese nivel, la lectura es negativa e implica pesimismo.

De hecho, los resultados de diciembre coinciden con la trayectoria que caracterizó los años 2016 y 2017. Para ello, Indicca utiliza un promedio móvil trimestral como indicador de tendencia, el cual se ubicó en enero en 50 puntos –un tramo ni pesimista ni optimista– para luego descender hasta los 48 al cierre del año.

CONTRASTE DE RESULTADOS

Al observar la lectura del nivel de confianza de acuerdo con los niveles socioeconómicos (NSE) de Lima Metropolitana, resaltan aun algunas diferencias entre los hogares de ingresos más altos frente a los de ingresos más bajos.

La confianza de los hogares de los niveles CDE por una mejora económica subió ligeramente al pasar de 47 puntos en noviembre a 49 en diciembre, lo que representa algunas señales de estabilización en la situación de dichas familias aunque aún se ubican en el plano pesimista.

En el componente trabajo la confianza de este segmento se ubicó en 43 puntos frente a los 41 de noviembre. Se trata de una recuperación que se esperaría vaya de la mano con la recuperación del empleo formal y la facilidad de encontrar empleo; no obstante, el empleo adecuado solo creció 0,5% entre setiembre y octubre (INEI) y las personas de este grupo no siempre se benefician de dicho resultado o consiguen ese tipo de empleos.

En cuanto a los NSE A y B, la medición del Indicca subió ligeramente de 53 a 54 puntos, lo que implica una mayor confianza en la situación económica de las familias pertenecientes a dicho nivel socioeconómico. Para el caso del componente trabajo, se ubicaron nuevamente en el tramo negativo con 46 puntos.

Precisamente, hace unas semanas, el titular de Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Carlos Oliva, explicó que los resultados de la actividad económica del país mejoran pero no lo hace el empleo formal. Por el contrario, crece la informalidad y el subempleo haciendo que la confianza de los consumidores continúe siendo pesimista.

“El dinamismo que exhiben los datos de la planilla electrónica, sobre empleos y salarios, solo beneficia a una proporción menor de trabajadores”, dijo.

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