DARWIN CRUZ FIESTAS

No es un secreto que Lima necesita con suma urgencia el establecimiento de zonas industriales porque la ciudad concentra el 60% del PBI industrial nacional y no tiene un espacio para el desarrollo ordenado de esta actividad. Es por eso que la comuna limeña ha identificado dos áreas, una en el norte y otra en el sur, para este fin. Ambas en conjunto suman más de 3 mil hectáreas que serán dedicadas al desarrollo de este tipo de emprendimientos.

José García Calderón, coordinador técnico del Plan Metropolitano de Desarrollo Urbano de Lima (PLAM), explica que la zona industrializable al sur de la ciudad podría ubicarse al costado del valle de Lurín, más allá de las quebradas, donde hay tierras eriazas, y no se afectaría el medio ambiente.

Según cuenta el funcionario, en esta zona existen 4.700 hectáreas y de ellas aproximadamente 1.800 servirían para instalar el parque industrial.

En tanto la segunda zona se ubicará en Ancón y ocuparía un terreno aproximado de 1.500 hectáreas. “Esta área tiene el potencial como para convertirse en el puerto seco del Callao”, afirma García.

Juan Carlos Mathews, profesor de la Universidad del Pacífico, afirma que el establecimiento de ambas zonas facilitará el establecimiento de los ‘clusters’ productivos, como de metalmecánica y de madera, por ejemplo.

REQUISITO INDISPENSABLE Sin embargo, ninguna de estas dos áreas podrá desarrollarse si no existe una adecuada zonificación, que permita no solo el desarrollo de parques industriales, sino también la construcción de accesos viales y servicios básicos.

George Limache, analista de mercado de la consultora inmobiliaria Binswanger, la zonificación es muy importante, “de lo contrario no se podrá desarrollar ningún proyecto. Como en Chilca, que no tiene zonificación, ni servicios básicos como el agua”, detalla.

En estos momentos, según Limache, el sector con mayor potencial para el desarrollo de un parque industrial es Huachipa, localidad en la cual existe un área de 200 hectáreas zonificadas y que ha llamado la atención de empresas que habían proyectado asentarse en Chilca, pero que, por los problemas mencionados, no lo harán.

Otro factor imprescindible es el acceso. Por eso, el plan del municipio de Lima incluye el desarrollo de la vía periurbana, proyecto que existe desde 1993 y serviría para unir Ancón y San Bartolo sin pasar por la ciudad. Esta vía –cuya inversión bordearía los US$10 mil millones– no solo podría ser para camiones, sino también para un tren.

Lima en estos momentos tiene 2.700 hectáreas destinadas a zonas productivas, lo cual representa un poco más del 3% de toda la superficie urbana de Lima (86 mil hectáreas). Sin embargo, las zonas industriales de la capital han sido rodeadas por proyectos de vivienda, lo que genera desorden y sobrecostos logísticos. Además obligará a las empresas a mudarse.

Esta mudanza, según el PLAM, se tiene que realizar de manera coordinada entre el sector público y pri vado.

El metro cuadrado en las nuevas zonas por industrializar en Lima podría costar entre US$400 y US$500 como máximo.