En la gestión de Quijandría en Pro Inversión se adjudicaron los proyectos Hidrovía Amazónica y la línea de transmisión Aguaytía-Pucallpa. (Foto: El Comercio)
En la gestión de Quijandría en Pro Inversión se adjudicaron los proyectos Hidrovía Amazónica y la línea de transmisión Aguaytía-Pucallpa. (Foto: El Comercio)

Mañana, el economista dejará la dirección ejecutiva de Pro Inversión a casi un año de gestión, tal como adelantó El Comercio hace un mes. Pro Inversión es una institución clave para el Gobierno porque de esta depende la concesión de los proyectos de infraestructura, que es el principal pilar de crecimiento previsto por esta administración.

En ese sentido, Quijandría recibió el mandato de acelerar las adjudicaciones y, a la vez, realizar una reforma en el marco normativo y la estructura interna de la organización.

¿En qué se ha avanzado en ? Según Quijandría, en el campo de las adjudicaciones, uno de los trabajos más importantes de su gestión fue la revisión del portafolio de proyectos.

A decir del funcionario, Pro Inversión priorizó, ordenó y limpió su cartera de proyectos, eliminando aquellos que no tenían la calidad o el respaldo suficiente de los concedentes para estar incluidos en la cartera. De esta manera, entre el flujo de nuevos proyectos y de los eliminados, el portafolio pasó a reducirse de 122 a 96 hasta el 2021.

Y, con un portafolio filtrado, la institución aceleró el paso en los últimos meses. “Hemos pasado de una situación de casi sequía de adjudicaciones a una dinámica clara”, dice Quijandría.

La cartera de proyectos por adjudicarse entre noviembre y diciembre de este año suma casi US$3.400 millones y la del próximo año, US$5.200 millones. Adicionales a estos, dice Quijandría, hay unos 31 proyectos en fase de evaluación, que tienen una inversión estimada en US$13.000 millones y otros 25 proyectos que no tienen inversión calculada aún.

Por el lado normativo, Quijandría afirma que ha trabajado en una reforma del sistema de asociaciones público-privadas y en cambios profundos dentro de la institución que preside.

En cuanto al fortalecimiento institucional de Pro Inversión, Quijandría sostiene que todavía es un trabajo en curso, que ha logrado la adecuación de todo el marco institucional en la organización para las nuevas normas de APP que se lanzaron a inicios de este año. Sin embargo, estas modificaciones normativas todavía no están incorporadas en los proyectos que saldrían en este año.

Otro de los avances que resalta Quijandría ha sido la revisión de los lineamientos de contratación de asesorías en las adjudicaciones, con el propósito de tener asesores de primer nivel, como bancos de inversión internacionales. El economista Pablo Secada destaca que es crucial mejorar el nivel de asesoría que reciben el director ejecutivo y los directores de proyecto de la entidad, que en los últimos años han estado sujetos a consideraciones de precios y no a la calidad y sofisticación del servicio brindado.

CRÍTICAS
Tras la salida de Quijandría de Pro Inversión, el economista Alberto Ñecco asumirá, de forma temporal, la dirección ejecutiva de la entidad. Ñecco se desempeñó como consultor externo de Pro Inversión desde marzo de este año y en setiembre fue designado director de línea de la Dirección de Proyectos Especiales de Pro Inversión.

Precisamente, una de las críticas desde el sector privado a la gestión de Quijandría es que el economista llevó a Pro Inversión a muchos profesionales capaces, pero con poca experiencia en el sector público o en la promoción de APP, como el caso de Ñecco. Sin embargo, Secada destaca la experiencia en banca de inversión de los profesionales reclutados por el funcionario saliente.

Otra crítica recibida por la gestión de Quijandría es que Pro Inversión promocionará algunos proyectos de APP en paralelo a su reformulación por parte de los sectores competentes, como las líneas 3 y 4 del metro del Lima.

Y dentro del propio Ejecutivo, se fue gestando la idea de que Pro Inversión estaba más enfocada en su reforma interna que en acelerar las adjudicaciones, lo que no ayudaba al despliegue de la política contracíclica a la que aspira el MEF. No obstante, en sus últimas entrevistas y presentaciones, Quijandría puso mayor énfasis en que ambas prioridades se desplegaban en paralelo.

Dentro de los avances, Secada destaca el hecho de que la reestructuración organizacional precisara el rol de los comités de Pro Inversión y empoderara a los directores de proyectos en la conducción de los procesos de promoción y adjudicación.

RETOS
Flavio Ausejo, docente de la maestría en Gestión Pública de la Universidad del Pacífico, considera como uno de los retos que la nueva dirección de Pro Inversión tenga gestión política adecuada con el Congreso y la contraloría para que no se perturbe el trabajo técnico.

Otro desafío, señala, es la necesidad de que la agencia reciba proyectos bien diseñados que no dilaten los procesos de adjudicación.

Secada argumenta que se requiere una cartera de proyectos de gran magnitud, con inversiones de al menos US$100 millones o US$200 millones, para despertar el interés de inversionistas de alto nivel.

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