"Arsene Wenger - El valiente": Por Kenyi Peña Andrade

Por Kenyi Peña Andrade

El juez del encuentro Anthony Taylor decreta el pitazo final del duelo entre Chelsea y Arsenal. Las cámaras apuntan hacia Arsene Wenger, quien ha conseguido la FA Cup número 13 para el Arsenal, título que lo convierte en el equipo más ganador de este torneo (el más longevo desde los cimientos del deporte rey). No importa eso, la continuidad del técnico hoy está en duda más que nunca. El fútbol es ingrato, dicen. Los resultados mandan. Si no los consigues, de patitas a la calle. No se valora el antes, sino el presente. El cómo importa pamplinas. Hoy solo vale ganar como sea y el ‘mourinhismo’. Menos mal que el buen ‘Arsenio’ nunca compartió este pensamiento tan facilista y si mañana le toca irse del Emirates Stadium, lo hará erguido y con la cabeza en alto.

Arsene llegó en 1996 al Arsenal, siendo prácticamente un desconocido para el fútbol mundial. En su primera temporada llevó a los 'Gunners’ a terminar terceros en la Premier League. Desde ahí, todas fueron celebraciones. En sus primeras ocho temporadas sumó tres títulos en la liga inglesa. Entre ellos, el campeonato conseguido en el 2004 por los llamados ‘Los Invencibles’. Si los jóvenes de hoy, quieren ver a un equipo que ganaba, goleaba y gustaba, deberían poner ponerle play al YouTube, y ver a ese conjunto. Con Thierry Henry y Dennis Bergkamp a la cabeza, los londinenses estuvieron 49 encuentros sin perder y entraron en el libro de los Récords Guinness, como la racha más larga de un equipo inglés sin morder el polvo de la derrota.

Además, el estratega francés fue el responsable de llevar al equipo hasta la final de Champions League 2005-2006 (la única en la historia de la institución). Por si fuera poco, llevó 19 veces consecutivamente a los ‘Gunners’ a esta competición, la racha más importante de toda Europa. O sea, transformó al Arsenal de ser un equipo tradicional y querido en un cuadro copero y temible. Pero ahora nadie se acuerda de eso.

Asimismo, tuvo esa mirada infalible para fichar a jóvenes promesas, que en un corto plazo se volvieron los futbolistas más codiciados por los clubes más poderosos del planeta. Cesc Fabregas, Robin Van Persie, Samir Nasri, Ashley Cole, entre otros. Fueron algunos de los ‘cracks’ que forjó el entrenador 'Gunner'. Si el Arsenal no pudo retenerlos es otra historia. Al César lo que es del César y a Wenger lo que es de Wenger.

Este periodista cree fervientemente que no se puede ser hincha de un club que no fuiste a ver nunca a la cancha. Y sí, me mantengo en mi postura, pero si hubo un equipo que me engolosinó con su fútbol bonito, y me hacía domar mi sueño para prender la televisión en las primeras horas del domingo, ese era el Arsenal de Wenger. “Arsenal me gusta, porque está lleno de vida, se asocia, acelera y pausa según la ocasión”, dijo alguna vez un autorizado como Diego La Torre, quien es hincha acérrimo del equipo inglés.

Si te gustan las paredes y los goles que se hacen tras 20 pases seguidos (no es una exageración, así se daban las anotaciones), te gusta el Arsenal. Si te gusta el Arsenal, te gusta el Arsenal de Wenger. Nadie sabe lo que pasará en los próximos días. Si se va o sea queda. Si asume otro cargo y viene otro. Lo cierto y lo único que importa, es que Wenger no se vaya como el villano, sino como el gran héroe que fue para muchos fanáticos del buen fútbol.

El francés que no se vendió al resultadismo y representó a aquellos locos que siguen entregándose al romanticismo del balón, así debemos recordarlo siempre. Como el larguirucho canoso de 67 años que se burló de la presión de ganar cada domingo y buscó contentar al hincha antes que al empresario o al dirigente.

Si su salida se da mañana, pasado o en dos años, interesa muy poco. Solo vale que se vaya como lo que es, un valiente.