Floyd Mayweather y Khabib Nurmagomedov podrían enfrentarse en una pelea que generaría mucho dinero para ambos luchadores. (Fotos: agencias)
Floyd Mayweather y Khabib Nurmagomedov podrían enfrentarse en una pelea que generaría mucho dinero para ambos luchadores. (Fotos: agencias)
Ricardo Montoya

¡Que lo callen de una vez! Es tan magnífica la interpretación de su rol de insoportable que no son pocos los que anhelan que alguien, por fin, le dé una paliza a Floyd Mayweather Jr. Irónicamente, es en esa mezcla de erudición boxística y antipatía extrema donde radica su peculiar atractivo. Floyd es como las marmóreas gárgolas de Le Corbusier, que provocan espanto y admiración en proporciones similares. Sus innegables dotes pugilísticas han privado a sus oponentes y a sus detractores del placer de verlo vencido. Ni siquiera, a excepción de José Luis Castillo allá por el 2002, ha sido castigado severamente en un combate. Son ya muchos años que nadie puede hacerle rendir cuentas sobre el cuadrilátero por sus exabruptos. Esa espera, esa revancha, de los muchos que ansían ver la debacle de ‘Money’, representa un potencial lucrativo que Khabib Nurmagomedov, el fenómeno ruso de las artes marciales mixtas, no quiere dejar pasar. El desafío ha sido lanzado. El circo está en marcha.

Connor McGregor, el rey Midas de la UFC, ha cedido su trono y Khabib, su vencedor, quiere ocuparlo no solo en el aspecto deportivo. La cantidad de dinero que se mueve en el pugilismo todavía es muy superior a la que se maneja en la lucha libre. Lo que puede la promotora del histriónico Mayweather pagarle al ruso, de concretarse la pelea, significaría un salto gigantesco en el estatus de vida de un individuo de raíces humildes. Khabib, el hombre que fue preparado desde pequeño para esto –de niño lo entrenaban luchando con oseznos–, tiene ante sí la posibilidad de convertirse en multimillonario en una sola velada. Además, con sapiente criterio deportivo pero también comercial, su equipo ya anunció que, de firmarse el combate contra Floyd, Khabib se va a asesorar con los mejores: Anatoly Lomachenko, padre y formador de Vasily, uno de los mejores boxeadores libra por libra en el arte de la dulce ciencia; y ‘Iron’ Mike Tyson, ex campeón mundial de los pesos completos y uno de los púgiles de estilo más agresivo sobre un tinglado, se incorporarían al team Nurmagomedov. El objetivo no es solo enriquecerse, sino poder tocar y agredir al ‘Intocable’.

Este Mayweather añejo dista mucho del que aleccionara a Canelo en el 2013 con una exhibición notable. Aunque todavía maestro en el arte de la defensa, en su último combate contra el unidimensional McGregor, Floyd reveló un paulatino decrecimiento en sus facultades. Ya no es tan rápido y, por primera vez después de mucho tiempo, se le observó vulnerable.

El grupo de trabajo de Khabib está convencido de que la fortaleza, juventud (es 11 años más joven que su rival) y el tipo de preparación pueden darle al ruso oportunidades ante un campeón que, como él, jamás ha sido derrotado.

Por mucho rechazo que el detestable Mayweather genere entre los fanáticos del deporte de los puños, los puristas, los que verdaderamente aman el boxeo, van a estar de su lado. A regañadientes, es cierto, pero de su lado. A Floyd, que cada vez es menos un ídolo del ring y cada vez es más solo una máquina de hacer dinero, lo tiene que vencer otro de su misma especie pugilística y no un advenedizo que se ha preparado expresamente para este combate, y que espera coludirse con el padre tiempo para apagar el fuego sagrado de una leyenda.

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