Héctor García Béjar, director y gerente general de Modasa
Héctor García Béjar, director y gerente general de Modasa
Ricardo Guerra Vásquez

Llegó como gerente de proyectos, pero años después lo encargaron de la empresa con el único fin de cerrarla. Héctor García, hoy Gerente General de Motores Diesel Andinos S.A., decidió ir contra las órdenes de sus accionistas y tomó las riendas del negocio, que tenía malos resultados, para revertir su situación.

—¿Cómo inicia la empresa?

Modasa era parte de una empresa estatal. Se ubicaba en Trujillo y se dedicaba a la fabricación de motores. Yo ingresé a la empresa como gerente de proyectos. Me enfocaba en la búsqueda de socios extranjeros. 





—Tuvo una historia larga

Cinco años después de fundada la compañía, se canceló la fabricación de motores. Luego pasamos a la producción de grupos electrógenos, de chasis y, ahora, a la de.

—¿Cómo se dio su ascenso en la empresa?

Al cabo de unos años, los accionistas me nombraron gerente general para que cierre la empresa porque estaba media quebrada. Acepté el puesto, pero les dije que no iba a hacerlo.

En los almacenes encontré piezas, con las cuales podía fabricar 300 motores. Logré venderlos y conseguí US$2 millones. Pagué parte de la deuda de los accionistas y con el dinero restante seguí trabajando. Tiempo después, con los gerentes de Modasa formamos un grupo, donde yo soy el accionista mayoritario, y la compramos.

—¿Cómo sacó a flote a la empresa?

Aprendí que las oportunidades no se deben dejar pasar. A la fabricación de buses llegamos porque la empresa a la cual le brindábamos chasis no quiso seguir, así que fabricamos los nuestros. Crecimos y tuvimos que abrir la fábrica en Lurín.

—¿Qué valor lo define?

Dar el ejemplo. Uno no puede pedirle al trabajador algo que no hace. Además, yo creo que para triunfar en la vida se debe tener: 10% de conocimiento, 10% de inteligencia y 80% de perseverancia. También me manejo en tres principios: nuevos productos, mercados y oportunidades.

—¿Cómo llegan a fabricar los buses del Metropolitano?

El operador que gana los servicios nos escoge a nosotros, que presentamos un prototipo esperando tener oportunidades. Nos dieron el encargo de hacer 450 buses en seis meses. En ese tiempo, me di cuenta de mi capacidad de trabajo y de cuán importante es el capital humano. Al final, cumplimos con el encargo. Ese fue el mayor reto de mi vida.

—¿Qué se siente ser un Premio LEC?

Lo tomo como un reconocimiento a mi esfuerzo y trabajo. Sobre todo, valoro el encuentro con las otras personas que también son nominados. Con ellos, puedo compartir y llenarme de conocimiento.

Contenido sugerido

Contenido GEC