Vehículos autónomos generarán una nueva dimensión económica

¿Se han puesto a pensar que su hijo/ nieto / sobrino/ vecino, ese que acaba de nacer, no tendrá necesidad de aprender a conducir o sacar brevete porque lo usual será que los vehículos sean autónomos?

La realidad es que la tecnología que permite a un vehículo avanzar y llegar al destino sin necesidad de chófer ya existe. Varias marcas lo han comprobado. Todavía no se ha masificado su uso, pero funciona.

¿Qué falta entonces? Completar la legislación, definir las políticas, reducir los miedos y generar el cambio cultural necesario. Kathy Winter, vicepresidente de la división vehículos inteligentes de Intel, considera que será justamente eso - la aceptación de la sociedad - lo que determine la rapidez o lentitud con la que se concrete ese futuro sin conductor.

Es solo cuestión de tiempo. En 20 años podría existir una adopción masiva en las economías desarrolladas. Harvey Cohen, presidente de Strategy Analytics, considera que esta industria ganará fuerza para el 2040 y las proyecciones se quedarán cortas.

Como consecuencia inmediata, dijo,  evolucionará  - ¿o se reconvertirá? - el negocio de entrega de paquetes y transporte a larga distancia, pero eso es solo el principio. Hay mucho más.

¿OCIO RENTABLE?
​Una de mis amigas tiene tres niños de diferentes edades y asegura que el término mamá equivale a chófer. "Paso la mitad de mi día recogiendo y llevando al colegio, clases de natación, tarea en grupo, cumpleaños, las compras y un largo etc.", se queja. Y no es la única. Los oficinistas de las grandes metrópolis pasan mínimo tres horas de su vida en el auto y ni se diga los vendedores.

¿Se imaginan no tener que manejar mientras se trasladan de un lado a otro? Eso -años más, años menos- ocurrirá. Y en todo ese nuevo tiempo libre algo habrá que hacer.

Lo que sugiere Intel es que esos conductores de hoy se convertirán en pasajeros desocupados y tendrán un nuevo "tiempo libre" que podrá ser atendido por una serie de negocios diseñados especialmente para ser usados en ese ambiente.

A esos negocios los llaman "la economía del pasajero" y serán tanto o más rentables de lo que es hoy la "economía de las aplicaciones", pues evolucionará mucho más rápido.

¿Qué haremos en esas tres o cuatro horas de transporte diarias? Los analistas de Strategy Analytics han estudiado los escenarios y establecen que ese tiempo puede ser productivo o puro entretenimiento, pero generará la venta de servicios que alcanzarán la cifra de US$800 mil millones para 2035 y crecerá a US$7 billones para el 2050. 

Intel y Strategy Analytics identifican como esos nuevos posibles negocios desde salones de belleza con mesas táctiles para colaboración remota, hasta ventas de comida u otros productos. También se habla de clínicas móviles, contenedores de hoteles a pedido o centros de esparcimiento puro como juegos 3D o cine móvil. El vehículo estará convertido en todo un centro de experiencia de transporte.

Eso no es todo. Además de las miles de apps para personalizar la visión de películas o lecturas en los dispositivos móviles durante un viaje largo, tenemos todo el universo de ofertas comerciales diseñadas para utilizar desde el teléfono en ese tiempo. 

La publicidad no se quedará atrás y será diseñada para surgir en base de la ubicación de los usuarios. Será una versión ampliada de lo que hoy tímidamente prueban algunas marcas cuando te envían un mensaje al pasar cerca de la tienda favorita en un centro comercial. 

Y no podemos olvidar el aspecto corporativo. Es decir todas las aplicaciones y dispositivos que se generarán para aprovechar los espacios de transporte como un medio productivo. La hiperconexión será la norma y toda una enorme oferta orientada a optimizar la productividad surgirá para esos ratos libres. Advertidos estamos.

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