[Foto: Alessandro Currarino]
[Foto: Alessandro Currarino]
Jorge Paredes Laos


Siempre estuvo interesada en las historias detrás de los objetos. Por eso, desde muy joven, se sintió atraída por los museos y por la obra de Marcel Duchamp, el artista que transformó los objetos en arte. Nathalie Leleu es curadora y ha trabajado en las colecciones de importantes espacios como el centro Georges Pompidou y el Museo Picasso de París. Esta semana volvió a Lima para el montaje de la exposición de las nueve obras finalistas del concurso Pasaporte para un Artista, competencia organizada por la embajada de Francia y la Alianza Francesa, y que en su vigésima edición fue ganada por Sebastián Quispe (Lima, 1992).

     Esta vez la temática giró alrededor del ready-made, como un homenaje al centenario de la exhibición del famoso urinario de Duchamp. La muestra estará abierta al público durante tres semanas en el Centro Cultural de la Universidad Católica (av. Camino Real 1075, San Isidro).

Usted ha estado encargada de la investigación y las colecciones en espacios tan importantes como el Pompidou de París. ¿Cómo se interesó por el estudio del arte?
Desde muy chica he sido aficionada a los museos. En mi juventud, antes de viajar a estudiar a Estados Unidos, conocí el Pompidou y fue como estar en casa. Yo creo que un museo debe estar hecho para que pueda ser disfrutado por la gente. Y mi trabajo ha estado orientado a eso, a poner los objetos y las obras de arte en contacto con el público.

¿Y nunca quiso ser artista?
Creo que no tengo el suficiente talento para ello, pero sí me gusta acompañar a los artistas en el proceso de creación, ver cómo desarrollan su obra. Le puedo decir que en 25 años de carrera he disfrutado mucho esta labor… Creo que el papel del curador es absolutamente necesario. El curador y el artista deben trabajar juntos porque si no es difícil conseguir buenos resultados.

Nathalie Leleu estudió en el Centro Pompidou y en el Museo Nacional Picasso, ambos en París [Foto: Alessandro Currarino]
Nathalie Leleu estudió en el Centro Pompidou y en el Museo Nacional Picasso, ambos en París [Foto: Alessandro Currarino]

¿Cómo explicaría el trabajo realizado con los nueve artistas finalistas de Pasaporte?
Ya antes había realizado varios trabajos sobre Duchamp y eso despertó el interés de Yohann (Turbet Delof, director de la Alianza Francesa), quien me invitó para curar esta muestra. No es el tipo de exposición que estoy acostumbrada a montar, pues yo no he elegido la temática ni a los artistas ni tampoco las obras. He actuado más bien como consultora en un workshop, donde hemos reforzado el tema del ready-made y hemos examinado todas las direcciones posibles.

¿Y qué impresión le ha dejado el trabajo de los artistas peruanos y en particular la obra de Sebastián Quispe, que resultó ganadora?
Le puedo decir que me ha encantado trabajar con todos ellos. Felicito a Sebastián Quispe por el primer premio y por su proyecto que busca reestetizar el ready-made de Duchamp, con una economía de medios y una sutil selección de objetos. Ha sido todo un reto y si usted me pregunta si algunas de estas obras llamaron mi atención y si me gustaría llevarlas a mi casa, le diría que sí.

Es curiosa la obra de Quispe porque uno de los aportes de Duchamp fue la liberación del arte de los cánones del esteticismo.
Sí, pero al final de su carrera Duchamp regresó a lo estético, cuando hizo las copias de los ready-mades. Aunque fue radical al inicio, incluso no quería definir qué era el arte, después volvió a lo estético. Yo creo que la estética hay que consumirla, pero con moderación.

Nathalie Leleu [Foto: Alessandro Currarino]
Nathalie Leleu [Foto: Alessandro Currarino]

¿Por qué considera que Duchamp sigue vigente a cien años de la exposición de “La fuente”?
Mi generación creció maravillada con el redescubrimiento de Duchamp; en cambio, creo que los jóvenes de hoy ya no sienten esa misma fascinación. Duchamp permitió reflexionar sobre el estatus del artista y su relación con la obra. Exponer hoy un urinario en una galería no tendría mucha lógica, pues estos son otros tiempos, pero sí sería interesante, por ejemplo, poner en cuestión la dictadura de las imágenes o la autoridad de la representación. Duchamp le dio al artista una libertad e independencia que no tenía antes, esa fue su gran revolución. Puede parecer escandaloso para alguna gente, pero desde entonces el artista se volvió más importante que la obra misma. Ser artista se convirtió en una carrera, en un saber, en una metodología y en una responsabilidad.

Usted también ha trabajado en el museo parisino dedicado a Picasso, de quien se dice que se llevaba muy mal con Duchamp…
Yo creo que son los dos grandes genios del siglo XX, aunque no por las mismas razones. Picasso fue la culminación de una etapa del arte; en cambio, Duchamp abrió el camino del futuro. Picasso siempre restó importancia al trabajo de Duchamp, y cuando este murió, dijo una frase que se hizo famosa: “Él estaba equivocado”.

El 6 de setiembre se realizó la premiación del concurso Pasaporte para un Artista. El ganador fue Sebastián Quispe con su instalación objetos de persistencia, el artista recibió como premio un viaje con fines formativos a Francia y la subvención de una muestra en la galería de la Alianza Francesa el próximo año. 

"Objetos de persistencia" de Sebastián Quispe.
"Objetos de persistencia" de Sebastián Quispe.

Sebastián Quispe estudió escultura en la Pontificia Universidad Católica del Perú y también se dedica a las películas de animación. Sus trabajos han sido expuestos en lugares como el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) y El Averno.

"Objetos de persistencia" de Sebastián Quispe.
"Objetos de persistencia" de Sebastián Quispe.

A cerca de objetos de persistencia , el artista señala que es una instalación que tiene como punto de partida la forma en que un objeto, utilitario o no, sirve como una estructura para desarrollar funciones múltiples y variables, proporcionando y creando necesidades a quien lo use.

Las obras de los finalistas del concurso y del ganador se podrán visitar en el Centro Cultural PUCP (Av. Camino Real 1075, San Isidro) hasta  1 de octubre, de 10:00 a 22:00. Ingreso Libre 


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