Diego El Cigala vuelve a Lima con un nuevo show. (Foto: EFE)
Diego El Cigala vuelve a Lima con un nuevo show. (Foto: EFE)
Enrique Planas

"Estoy hecho polvo”, nos dice. La pena se siente del otro lado del teléfono. Ahora Diego Ramón Jiménez Salazar, más conocido como Diego el Cigala, responde desde la habitación de un hotel en República Dominicana. Pero dos noches antes cantaba en el Festival Castell Peralada, que se realiza en un pueblo de 1.500 habitantes, entre Figueras y la Costa Brava, a unos 150 kilómetros de la hoy golpeada Barcelona. “Para que veas cómo es la vida, un primo mío fue a comprarse una camisa en Las Ramblas. Al salir de la tienda, empezó a ver a gente sin brazos, ensangrentada. Acabo de hablar con él. Lloraba. Es terrible”, dice conmovido el autor de “Indestructible”. “Los terroristas ya no se dedican a poner bombas. Por lo que veo, ahora se trata de coger un camión y arrasar con todo lo que haya por delante. Qué horror. Ya no sabes por dónde te van a salir. ¿Me entiendes lo que te quiero decir?

— Lo entiendo bien. Los peruanos lo hemos vivido...
Claro. Hoy han destrozado a niños con sus padres. Por favor, dile a la gente de tu país que estoy muy triste, muy consternado. Quiero solidarizarme con mi gente de Barcelona. Y mandar mis condolencias. Ahora mismo me siento superfatal.

— Tengo algunas preguntas sobre salsa para compartir contigo, pero en casos como este, todo parece perder sentido...
Totalmente. Pero la vida continúa. Y tenemos que tirar para delante. Por eso estaremos en el Pentagonito de Lima, si Dios quiere.

—Con el bastón de Moré—
“Indestructible” es el nombre de su más reciente disco y de la gira que lo trae próximamente a Lima. Un disco en el que hermana la voz flamenca con una investigación en la salsa dura de los años setenta y ochenta que lo llevó a recorrer las capitales del ritmo: La Habana, San Juan de Puerto Rico, Cali, Nueva York, Miami.

— Me conmovió que dedicaras tu nuevo disco a tu esposa Amparo. ¿Crees que la salsa te ha ayudado, si no a superar tu pérdida, a convivir con su ausencia?
Totalmente. No hay día que me levante y no esté ella presente. Este proyecto era más idea suya que mía. Amparo tenía muy claro que, llegado el momento, yo tenía que cantar esto. Me lo decía muchas veces. Sí, es un homenaje a ella en toda regla. Por donde voy a cantar, siempre está el espíritu de ella.

— ¿Cómo te convenció para embarcarte en este proyecto salsero?
A mí me gusta mucho la salsa. Luego, ya con la experiencia vivida con Bebo Valdés, empezamos a hablar sobre La Fania, Cheo Feliciano, Johnny Pacheco, Pete ‘El Conde’ Rodríguez, Héctor Lavoe, esa gente. Yo era reacio porque respeto muchísimo la música, respeto muchísimo el mundo de la salsa. Tenía miedo, la verdad, frente a tantos genios.

— ¿Cuál fue el reto mayor a la hora de grabar “Indestructible”?
La elección de los temas. Fue una búsqueda como quien va al sastre para hacerse ocho trajes a la medida. Allí decíamos: este tema te va, este no. Tiene que ver con la tonalidad, con la voz. En el proceso hubo penas, lloros, alegrías. Creo que es allí donde se forman los buenos discos. El otro día me sentí muy orgulloso porque en el festival Tempo Latino, en Vic-Fezensac, cerca de Toulouse (Francia), me otorgaron el bastón de Benny Moré.

— ¿Es el premio del festival?
Sí, una réplica exacta del bastón. Se lo otorgan a muy pocos artistas. Se lo dieron a Cheo Feliciano, a Tito Puente, a Johnny Pacheco, a Cachao López. ¡Y me lo otorgaran a mí! Yo no sabía nada, pero cuando terminé de cantar, subió el alcalde de la ciudad y me dio el bastón. No soy merecedor de él, pero se siente bien tenerlo. Lo voy a poner en mi estudio de grabación. Es más, ¡voy a salir en alguna actuación con el bastón de Benny Moré!

— ¿Qué tiene la salsa que nos hace recordar tanto las penas de amor?
Sí, sí. Es duro. Sus letras tienen mucha nostalgia. Incluso te afecta más que los boleros o el tango. Pero mira, para cantar salsa, también tienes que saber cantar boleros. Es parte de todo. Me gusta mucho la salsa por la rítmica. Y en eso, la salsa es como hermana del flamenco.

— ¿Cuál es el punto de contacto entre la voz del sonero y la del cante flamenco?
Yo compararía a Camarón de la Isla con Héctor Lavoe, ambos que en paz descansen. ¡He soñado muchas veces una rumba con mi compadre Camarón y con Héctor Lavoe! Con Camarón compartí muchas noches de fiesta. Y cuando viajé a Ponce, en Puerto Rico, me presenté en la tumba de Héctor Lavoe. Me pareció tener una comunicación con él. Le brindé mis respetos y le pedí su permiso para grabar dos de sus éxitos: “Periódico de ayer” y “Juanito Alimaña”. ¡Sentado en su tumba!

— ¿Y qué tan bien bailas la salsa?
Pues prefiero estar sentado en una banqueta y ver a la gente bailar [ríe].

— Intuyo que no sabes bailar...
No. Y sin embargo, sí sé bailar bulerías, flamenco. En salsa tengo mis pasos, pero el resto se lo dejo a los grandes bailarines [ríe]. ¿Sabes a quién se lo dejo?

— ¿A quién?
A mi compadre Oscar D’León. Él es el mejor de todos. Nunca había visto a alguien cantar, tocar el bajo y bailar al mismo tiempo. ¡Epa!

— ¿Cómo fue tu encuentro con el Faraón de la Salsa?
Ya nos habíamos conocido antes, cuando grabamos unas rancheras a ritmo de rumba. A partir de allí nos hicimos amigos. Luego coincidimos en la recepción de un hotel en México, cuando estaba grabando “Indestructible”. Y le dije: “Maestro Oscar, tenemos que hacer algo juntos. Conoces ‘El paso de Encarnación’?” (tema de Antonio Machín). Y él me respondió: “¡Pero cómo no voy a conocerlo!”. Tomamos un avión a Miami y lo grabamos allí.

— El disco te llevó a La Habana, a San Juan, a Nueva York, a Miami, buscando a los músicos de la salsa dura. ¿Sientes que llegaste tarde? ¿El reguetón no se ha apoderado de todo?
Me han preguntado si yo estaría dispuesto a hacer algo con algún reguetonero. Y he dicho que no. Jamás. ¡Atrás! Lo respeto mucho, pero no tiene nada que ver con el flamenco. Sería imposible.

— ¿Crees que un disco como el tuyo abre nuevamente las fronteras de la música caribeña en España?
Creo que sí. Es un buen momento. La salsa llevaba un buen tiempo alicaída, pero nunca muere. ¡Ahora mismo está viviendo un momento buenísimo!

MÁS INFORMACIÓN
Lugar: auditorio del Cuartel General del Ejército. Av. Paseo del Bosque 740, San Borja. Día y hora: sábado 16 de setiembre, 8 p.m. Entradas: Desde 38 soles. Teleticket.

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