Lucha Reyes en su periodo de gloria, en los años sesenta. (Archivo Histórico de El Comercio)
Lucha Reyes en su periodo de gloria, en los años sesenta. (Archivo Histórico de El Comercio)
Fernando Vivas

Los 31 de octubre, los peruanos le debemos un minuto de contrición. sintetiza el trance del calendario: días sucesivos del criollismo, de los muertos y de los santos. Ella transitó las tres dimensiones, murió luego de grabar "Mi última canción", en un auto que la llevaba a cantarle en vivo al Señor de los Milagros, levitó sobre la cultura popular y se posó, ya eterna, sobre nuestro sentido de la patria.


Buscar sucesores a Lucha Reyes es abrumador para los candidatos, aunque encuentro algo de su pathos en Manuel Donayre. Eva o Bartola, por citar otras voces negras, tienen otros registros y otros alcances. Prefiero pensar que la de Lucha es la voz de la resaca de lo vivido -de ahí que su verbo y vals emblema sea el "Regresa" de Polo- desde que el criollismo empezó a morir oficialmente como sonido conmemorativo del Perú costeño y a resucitar cada que se le oponía al Halloween o a cualquier otra moda, porque ser criollo y adorarla es ser de algún modo agónico, de algún modo vital.

Claudio Temoche, devoto de Lucha, me invitó a la casa del maestro guitarrista Rafael Amaranto, para el ensayo de "Lucha Reyes, ayer, hoy y siempre" (*). Maritza Rodríguez y Nedda Huambachano compartieron escenario con Lucha, y ahora se están poniendo de acuerdo, con Marlene Guillén y la precoz Tania Cirilo, en quién anunciará la resbalosa en una marinera que acaban de trinar a cuatro voces. Maritza, la voz aguda del criollismo que marcó mi infancia con su "Triste despedida", ahora, con voz más gruesa y calma, canta "Yo tengo una pena" de Polo Campos.

La mayor sorpresa me la llevo con los músicos. Además de Amaranto, el dueño de casa, quien acompañó a Lucha en sus mejores canciones, está el saxofonista Polo Vances y el tecladista .

Es mi oportunidad para desentrañar la historia de los acordes iniciales de "Regresa", esos que a ti y a mí nos ponen en modo criollo apenas los oímos. No los concibió Polo Campos, el autor de la canción, sino César y quiero que me cuente cómo surgieron la primera vez que grabó con Lucha y con el guitarrista Álvaro Pérez.

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"Ese mismo día conocí a Lucha y el primer tema que hicimos fue 'Regresa'", dice César para sorprenderme aun más. "Benigno 'Viñico' Tafur dirigía la disquera FTA y alquiló el estudio de los hermanos Ponce, en la tercera cuadra de Arenales. Él nos había convocado a Polo Vances, al guitarrista Álvaro Pérez, al cajonero Pomada Lazón. Yo lo conocía porque trabajaba con el dúo Loreto, del que él era uno de los vocalistas. Ahí habíamos hecho 'La contamanina', que tenía una linda introducción en acordeón de Alejandro Núñez. Entonces, Viñico me dice haz algo así para 'Regresa' y salió a la primera".

Desde entonces no se puede prescindir de esa intro para teclado. ¿Conservas el acordeón? "No, ya lo vendí", ríe César. No sabían que estaban haciendo historia. Polo Vances también estuvo allí. "Conocí a Lucha un poco antes, una vez que cantó en el Rinconcito Chiclayano. Viñico Tafur fue el de la idea de meter el saxo en la música criolla, así entré yo, luego vino Julio Mori". Los vientos de Polo se luce especialmente en "Tu voz".

El grupo, ya con la guitarra de Amaranto, estuvo de gira en Nueva York y Chicago. César cuenta de una vez en la que fueron contratados para un evento privado y Lucha llegó esquiva, sin saludar. Ese día había ido al cementerio a dejarle flores a su madre. Solo les dirigió la palabra para decirles que cantaría "Una carta al cielo". A llegar a los versos del niño que quiere alcanzar con su cometa a su madre que se ha ido al cielo, hizo llorar al público y a cada uno de sus músicos. No me extraña, pues a mí me pasa cada que veo el único video que existe de esa interpretación.

(*) Este artículo fue publicado originalmente el 20 de octubre del 2013 en la edición impresa de El Comercio.

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