Luego de su histórica Eliminatoria, Perú mostró una idea de fútbol atractivo pero poco contundente en el Mundial. Pese a ello, la gestión de Ricardo Gareca desde el 2015 es positiva (Foto: Rolly Reyna - enviado especial de El Comercio)
Mario Fernández

Diré de entrada que Ricardo Gareca aprobó largamente en su gestión con Perú. Hablo aquí de su ciclo desde el 2015 en adelante. Incluyo dos Copas América entre los primeros cinco (una 3ero, otra 5to), una Eliminatoria entre los clasificados, luego de un último año invicto y -sobre todo- mostrando un modo de jugar muy estético, con una columna vertebral reconocible, que se potenció con el gol vía Guerrero -6 veces- y Flores -5 veces-. La FPF acertó plenamente con una conducción serena, sin figuretismo ni arranques de Superman. Un cuerpo técnico -porque Gareca es la cabeza, pero no el único que suma- muy capaz que nos hizo pisar el primer nivel mundial. Personalmente, no me parece mejor entrenador que Autuori o Markarián, pero -por lo hecho en Perú- está claramente por encima de ellos en la valoración de un hincha peruano promedio.

Hecha la aclaración, tengo tres preguntas para Ricardo. Consultas que se me vienen a la cabeza luego de estos 180 minutos sin gol en la Copa del Mundo.

1) ¿Qué pasó con Paolo?

Lo puso solo 30 minutos contra Dinamarca, que era el rival " a ganar". Podría argumentarse que Paolo estaba "falto de fútbol", pero fue el propio Gareca el que dijo que Guerrero estaba bien y que fue sentado por razones tácticas. En el entorno del técnico dicen que se quería privilegiar el juego por bajo y atacar como "ante Croacia e Islandia, y no como ante Arabia y Dinamarca". Si ese fue el motivo, no se explica prescindir de tu jugador más contundente, un tipo que fue determinante en las Eliminatorias (hizo 6 goles, todos con Perú abajo en el marcador) y que no tiene reemplazo claro. Umberto Jara, autor del muy leído libro Camino a Rusia, escribió en Somos que Gareca no varía su estilo de trabajo y que armó un equipo en función del rival. Por eso no puso a Paolo de arranque contra Dinamarca y sí contra Francia. Si, según el autor, ese fue el estilo de trabajo de Ricardo toda la vida, ¿por qué Paolo nunca fue suplente en las Eliminatorias? ¿No había rival contra el que quisiera intentar otra cosa? ¿Por qué recién en el mismo Mundial decide prescindir de él, bajo ese argumento? Dudas que respetuosamente extiendo por aquí.

2) ¿Cueva tiene que jugar siempre?

Entiendo que es su jugador fetiche. Un futbolista de su riñón. Su principal descubrimiento. Importante en las Eliminatorias y básico para su idea de desequilibrio. El punto es que el Mundial es una fiesta VIP que a Aladino le ha quedado un poco grande. Y desde el banco Gareca no ha querido prescindir de él nunca. Ni un solo minuto. Ni un solo segundo. Esa defensa cerrada impidió, por ejemplo, ver más minutos a Paolo Hurtado, un jugador que - a diferencia de Cueva- sí venía con continuidad en su club. Se acepta el gusto del técnico, pero no la terquedad de hacernos sentir que Perú, bajo cualquier circunstancia, es Cueva y diez más. El gran diferencial táctico de Gareca con Markarián fue sacar al doble 9 (Pizarro era la dupla de Paolo) a favor de un volante de enlace (Cueva). La variante nos dio circulación, velocidad en el medio y permitió un juego de mayor elaboración, muy a la peruana, o al menos, muy a la idea que tenemos del fútbol peruano de toda la vida: pase, toque, asistencia y gol. Agradecemos ese giro que nos ha devuelvo el 4-2-3-1 por encima del 4-4-2, pero los interpretes deben estar siempre bajo evaluación. Un rato en el banco no es un deshonor. Para nadie.

3) ¿Te quedas?

La FPF le ofrecerá quedarse, pero en la balanza Gareca sopesa varias cosas. Primero, las ofertas que puede llegar a tener y que lo harían, según sea el caso, estar más cerca de su familia. ¿Selección argentina? ¿Algún grande de su país ? ¿Europa? ¿Selección colombiana? Segundo, lo tentador o no que podría ser encarar con Perú una ruta de clasificación a Qatar 2022. ¿Le será atractivo intentar repetir lo que ya logró ( es decir, el boleto a un Mundial)? Las fuentes al interior de Videna le dan más posibilidades de irse que de quedarse. Piensan que para Gareca hay un ciclo cumplido y que así se lo expresará a Edwin Oviedo próximamente. Si es así, si perdemos a este muy buen profesional, habrá que agradecerle ante todo. La importancia de un técnico se mide por lo que ganó pero también por lo que deja. Y al irse, Gareca dejará mucho más de lo que se lleva.

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