La cadena de almacenes Merkandrea hace parte del entramado de 12 empresas ligadas al clan Mora en Colombia. (Foto: AFP)
La cadena de almacenes Merkandrea hace parte del entramado de 12 empresas ligadas al clan Mora en Colombia. (Foto: AFP)
Redacción EC

. “Un comandante del frente 51 se reunió con el ‘Zarco Aldinever’ y le dijo que Norberto Mora Urrea tenía mucha plata, que lo podían secuestrar. El ‘Zarco’ le respondió de una que no. Que no lo podían tocar porque era de la guerrilla: ‘Es nuestro’, dijo”.
Este es uno de los testimonios que la Fiscalía recogió a finales del año pasado dentro de la macroinvestigación que adelanta para ubicar los bienes ocultos de las FARC.

Para llegar a ellos, peritos cruzan y revisan más de 13 millones de archivos que se encontraron en computadores y USB decomisados en campamentos guerrilleros. También chequean declaraciones de desmovilizados y contabilidades incautadas, que en su conjunto han permitido identificar a un centenar de potenciales testaferros de esa organización, incluidos los Mora.

De allí salieron nombres como el de Jaime Cutiva, el campesino millonario que dijo que le cayó del cielo la plata con la que compró fincas por 9.000 millones. También se identificó a los primos Falla Ferro, dueños de Inverautos y de una fortuna tasada en un billón de pesos. Y apareció por primera vez el nombre de Mauricio Parra, vinculado al crimen del dueño de Surtifruver y a un viejo expediente en el que consta que sacaba coca de la vieja zona de despeje del Caguán y metía camiones llenos de plata.

“El clan Mora Urrea empezó a aparecer con insistencia en esos expedientes, primero como abastecedores de la columna ‘Abelardo Romero’ y de los frentes 51, 52 y 53, y luego como gran testaferro de jefes de las FARC como Henry Castellanos, alias Romaña”, le aseguró al diario El Tiempo uno de los fiscales que lidera la investigación.

Y aunque hay un rastreo paralelo de bienes vinculados a miembros de la exguerrilla en Ecuador, México, Venezuela y Panamá, la principal investigación hoy se centra en los Mora Urrea.

- El ascenso de los tenderos -

Desmovilizados los ubican desde mediados de los 90 en la zona de influencia del frente 53 en donde tenían una modesta tienda de abarrotes en el Sumapaz. Según cuentan, la matrona de la familia, María Ana Bertilda Urrea era cercana a Víctor Julio Suárez, alias Mono Jojoy.

“A esa señora yo la vi en la zona de distensión en el año 2000. Allá,ella se reunió con Jojoy, que no dejó que hablara con nadie, solo con él. Estuvieron reunidos en una oficina y ella estuvo 8 días. Yo fui a recogerla a una panadería de San Vicente (...). El Mono Jojoy la llevó a varias partes, hasta a Los Pozos, donde estaban los campamentos del secretariado. En esa época hasta hicieron fiestas y bailes”, declaró otro de los desmovilizados.

La supuesta visita de la matrona en época del Caguán pareciera clave, pues según los análisis patrimoniales hechos al clan por expertos forenses, su ascenso coincidió con el despeje y con los secuestros que las FARC hacían en el Sumapaz. De hecho, el capital semilla de Supercundi, creado en 2002, coincide con el monto que pagó un empresario plagiado, vinculado al negocio de los supermercados.

- Cinturón de bienes en Bogotá -

Además de la compra de un lote en Chía de 6.900 metros cuadrados en asocio con Jhonny Orjuela, el asesinado dueño de Surtifruver, el diario colombiano encontró una transacción entre Norberto Mora y ese empresario secuestrado.

Según investigación del diario, en total, el clan tiene 197 bienes a su nombre, la mayoría en 10 de las 20 localidades de Bogotá. Casi todos están en barrios populares, especialmente en Usme. Pero también concentran propiedades en Soacha, Chía, Tibacuy, Tocaima, Pasca y Fusagasugá. En este último municipio tienen 28 lotes y casas avaluados, en papeles, en más de 5.700 millones de pesos.

Según testigos, la familia pasó de ser abastecedora de la guerrilla a convertirse en informante de potenciales blancos de secuestro y luego se graduó de testaferra.

De hecho, exmilicianos aseguran que uno los miembros de la familia, Luis Alirio Mora Urrea, estaba en sus filas. El hombre, con residencia en Panamá, está fugitivo.

Tres empresas aparecen a su nombre en el istmo: Inversiones Hermanos Mora, Inversiones e Industrias Jema e Inversiones Homa de Panamá. La primera, fundada en 2001, tuvo un aumento de capital de 100.000 dólares en 2002.

Pero Norberto pareciera ser la pieza clave de este andamiaje.

“La guerrilla le puso a Norberto Mora Urrea más almacenes, más supermercados, para tener permanentemente el abastecimiento de los 5 frentes sin problema; eso hace parte del plan estratégico de la guerrilla: tener supermercados propios para, en caso de un bloqueo de abastecimiento, tener de dónde echar mano”, aseguró otro testigo protegido. Y uno más añadió que Norberto Mora pidió autorización para poner bienes a nombre de otros familiares para que su incremento patrimonial no fuera tan notorio.

- Entramado societario -

Eso explicaría la explosión de empresas vinculadas al clan. Doce ya fueron identificados.

Por ejemplo, Uriel Mora Urrea creó un nuevo supermercado: Merkandrea. Y la familia también está vinculada a Inversiones Marlú S. A., Distribuciones e Inversiones del Sur S. A. S., Inversiones y Representaciones La Estrella de Fusa, Grupo Astone Ltda., Figurados y Mallas Cundinamarca, Transportes Cundinamarca, Smart Card Solution, Inversiones Mora Dusán, Todo Plásticos Bogotá y Fábrica y Comercializadora de Alimentos Colombianos.

En el caso de Supercundi, tuvo un salto de capital importante durante la época en la que las FARC negociaron la paz con el Gobierno. En 2014 registraban ventas netas por 182.000 millones de pesos y en 2016, el monto superaba los 259.000 millones de pesos.

Y si bien la defensa de los Mora dice que pueden explicar ese aumento patrimonial, hay otro tema que los enreda. Desmovilizados dicen que el supuesto miliciano del grupo, Luis Alirio Mora, entregó armamento a la guerrilla. La investigación, además, asegura que se autosecuestró y que la plata de su rescate fue en realidad un movimiento de efectivo de la guerrilla.

“Somos inocentes, no tenemos ningún tipo de vínculo con grupos al margen de la ley, todo eso nace por ser campesino del Sumapaz. Le ruego al señor fiscal que verifique los hechos por los cuales me acusan hoy a mí y a mi familia, ya que no existe una sola prueba que permita demostrar que en nuestra empresa ingresaron o salieron dineros para las FARC”, dijo Norberto Mora desde su lugar de reclusión.

La exguerrilla también niega el ocultamiento de bienes a través de los Mora Urrea. En todo caso, si se les llega a comprobar que lavaron plata de las FARC y que se enriquecieron ilícitamente, al clan le espera al menos 15 años de cárcel y a los exFARC involucrados, la pérdida de beneficios judiciales alcanzados en el proceso de paz.

Fuente: El Tiempo, GDA

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