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Maha Mamo nació como apátrida: ningún país reconocía sus derechos como ciudadana. Aunque logró que la aceptara como refugiada, aún espera obtener una nacionalidad.

Sus padres son sirios, pero como su madre es musulmana y su padre cristiano, el matrimonio no está reconocido legalmente por las autoridades.

Según la ley en Siria, los hijos de una unión no reconocida no tienen derecho a la nacionalidad.

Maha y sus dos hermanos, nacidos y criados en Líbano (país que también les negó la nacionalidad), vivían en un limbo burocrático como parte los 10 millones de apátridas que hay en el mundo, según estimaciones de la ONU.

Después de intentarlo en todas las embajadas que pudo, un solo país aceptó a Maho como refugiada: Brasil. Esta es su historia.

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