El terremoto del martes ha dejado más de 230 víctimas mortales en México.(AP)
El terremoto del martes ha dejado más de 230 víctimas mortales en México.(AP)
Redacción EC

1:10pm aproximadamente. Echada en la cama, medio dormitando, miré el techo y pensé: otra vez no. En seguida me paré de la cama, y me dirigí hacia la puerta principal. Llamé a Tere ya que se demoraba en salir (estaba cerrando la llave de gas y desconectando la plancha y televisión). "¡No hay tiempo!", le grité. "¡Es hora de salir!", remarqué.

Hace unos días defensa civil había dado un curso en mi edificio explicando que, si vivíamos arriba de un quinto piso, teníamos que resguardarnos en el "triángulo de la vida" porque era la opción más segura. Pues hoy no estaba dispuesta a dejarle mi vida a un triángulo... así que Tere agarró a mi perro, Racing, y entre grandes movimientos verticales abrimos la puerta de emergencia del edificio y empezamos a bajar cada uno de los 17 pisos. Sí. 17 espacios eternos.

Cada escalón era un reto. Cada piso, un logro. Perdimos la cuenta de los segundos. Perdimos la noción de no tener zapatos y de tener a mi perro ladrando con todas sus fuerzas.

Unos pisos más abajo nos encontramos con una chica joven cargando a su hijo recién nacido y jalando con la correa a su asustado Golden Retriever. "Dame a tu perro que lo llevo yo", le dije. Y además de bajar en pleno , ayudé a un can asustado y sobre todo a una mujer que merecía dedicarle el cien por ciento de su energía a su hijo.

"¡Avancen!", gritaba. "¡Sigamos bajando!", enfaticé. El esposo de la mujer nos dio el encuentro en las escaleras y se llevó a su perrito. Tere y yo no teníamos celular. Ya estábamos en el sótano del edificio a punto de salir a la rampa de acceso y luego a la carretera.

¡Vengan!, nos llamaban las vecinas que ya habían evacuado. En ese momento solo podía pensar en lo estúpida que fui por no bajar el celular. ¿Cómo iba a localizar a mi hijo que estaba en la escuela? Sin celular, sin zapatos, sin dinero o llave del auto...

Una vecina y amiga también peruana me prestó su celular y pude comunicarme vía Whatsapp con mi esposo porque las líneas telefónicas estaban saturadas. Se encontraba bien, y se estaba yendo corriendo 20 cuadras a buscar a nuestro hijo a su escuela.

Y eso vi... padres en traje y corbata cargando a sus hijos y abrazando a sus esposas, niños aferrándose a sus mascotas, asistentas del hogar tratando de contactarse con sus familiares, personal de seguridad velando por el bienestar de los evacuados y a la administración del condominio informando los pasos a seguir.

No había distinciones, el agua de uno era el agua de todos. No había diferencias culturales o de costumbres. No había trabajo que importara, primero estaba la familia.

¿Qué mensaje estamos aprendiendo de la naturaleza? ¿Por qué ser solidarios solo en situaciones extremas?

Hoy estoy contando esta historia porque mi familia y yo estamos a salvo. Lamentablemente muchas familias no corrieron con la misma suerte...

querido saldrás de esta como has salido de muchas otras. Pero todos estamos contigo y sobre todo con aquellos inocentes que no pudieron bajar los 17 pisos como yo.

Actualización: Ayer en la noche me escribió a mi celular la mujer de la escalera. Su nombre es Elizabeth. Tardó dos horas luego del sismo en comunicarse con su otra hija que estaba en la escuela. Toda su familia está bien.

MÁS NOTICIAS DEL MUNDO EN...

Contenido sugerido

Contenido GEC