(Foto: Twitter @FUrreiztieta)
(Foto: Twitter @FUrreiztieta)
Redacción EC

En el zoológico de Zulia se le pueden contar las costillas a los leones y pumas. Estos majestuosos felinos ven como se les apaga la vida, mientras el hambre los va cercando en medio de la crisis política que vive .

Animales mutilados en sus propias jaulas, como la sachavaca o tapir a la cual le robaron su propia carne. El hambre y el tráfico de animales en Venezuela empujan a que estos animales sean agredidos constantemente.

Carnívoros y carroñeros mueren de hambre en sus jaulas. El león, el tigre, el puma, el otorongo y una pareja de cóndores andinos comen solo una vez por semana, mientras sus bocas permanecen secas por la poca agua que llega a este famoso zoológico de Venezuela.

Según explica un cuidador del parque a la web Panorama, estos felinos deben comer al día entre el 8% al 10% de su peso.  Eso quiere decir, que por ejemplo, un tigre que pesa unos 500 kilos debería alimentarse con 50 kilos de alimento al día.

Con 45 años de existencia, el Parque Zoológico Metropolitano del Zulia pasa por la peor de sus crisis. Según comentó la administración del zoológico esto es reflejo de “la falta de presupuesto, la inflación y la escasez de alimentos” en Venezuela.

El gerente general del parque, Arón Montiel, señala que el zoológico necesita una tonelada de carne; cuatro mil kilos de verduras y 120 kilos de concentrado animal por semana para que las 300 especies que tienen sean alimentadas correctamente. “Los carnívoros tienen la mala costumbre de comer carne, y no le podemos dar otro alimento que no sea carne; por eso se nos hace difícil”, precisa.

Uno de los 50 empleados que queda en el zoológico, asegura que los animales herbívoros cuentan con la alimentación requerida. “Las verduras las trae un proveedor de Mérida”, comenta al medio digital de Venezuela.

Pero ello no garantiza que tengan una buena vida. “El sábado se sacrificó una cabra para darle de comer a los felinos; se picó en cuatro y se repartió entre los peores nutridos. También hemos tenido que matar a chigüires, cinco báquiros y búfalos para alimentar a otros animales que sería muy triste que murieran de hambre, como la pareja de cóndor andino que está en peligro de extinción y resulta una joya dentro de la colección del parque”, narró un cuidador.

La infraestructura y la falta de agua son los peores complementos de esta crisis en el zoológico de Zulia. “En el parque no hay agua. La pecera del manatí necesita 15 camiones cisterna para llenarse y el agua debería cambiarse todos los meses. Nada de esto se cumple por falta de agua”, asegura un trabajador.

El agua llega, pero  debido a que varias bombas están rotas, esta debe  ser transportada en camiones cisterna. Estos vehículos no llegan regularmente al zoológico. Sin embargo, una de las visitantes comentó que ella le dio de beber al otorongo de su propia agua, ya que el felino lucía en las peores condiciones. “El pobre animal no tiene que tomar dentro de la jaula. Se tomó toda la agua que tenía en el filtro”, dijo la mujer que saltó la cerca de seguridad para darle agua al jaguar.

Por su parte, además del látigo del hambre, la inseguridad es otro flagelo que estos animales deben sufrir en su perenne encierro. En agosto del año pasado, un adecena de animales fueron robados de este zoológico. El último robo fue registrado el viernes, cuando el hampa se llevó un tapir. “El Zoológico tiene 90 hectáreas y siete kilómetros de cerca perimetral. A pesar que la PNB, Polisur y el Cpbez hacen rondas en el parque, la inseguridad ataca de noche cuando solo hay milicianos sin armamento”, precisó Elio Ríos, presidente del recinto. 

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