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Arabia Saudita, el superconservador reino donde una mujer no puede ir sola al estadio
Gisella López Lenci

Cuando Arabia Saudita pise hoy la cancha del estadio Kybunpark, en San Galo, Suiza, para enfrentarse a nuestra selección, muchas mujeres asistirán al estadio. Algo normal en cualquier competición deportiva de cualquier país. Excepto en Arabia Saudita, el superconservador reino regido por una de las dinastías más rigoristas del islam sunita.

Recién desde enero, las mujeres pueden asistir a los estadios. Pero no lo pueden hacer solas. Siempre tienen que estar acompañadas por un familiar varón. Y tampoco pueden ir a las graderías que les plazca. Lo tienen que hacer en las tribunas dedicadas para las familias. Así de simples y estrictos.

Aunque suene a poco, para las saudíes se trató de todo un acontecimiento. Ya en el 2014 una mujer se intentó camuflar en un estadio vistiéndose como hombre. Fue descubierta y arrestada.
“Es una experiencia surrealista”, contó emocionada en enero pasado Sarah Alkashgari, de 18 años, en un mensaje en Twitter con una foto suya dentro del estadio y una sonrisa que delataba su satisfacción.

Vestida de negro y con la cabeza cubierta, como demanda la norma saudí, la joven no solo asistió al estadio para un partido entre Al-Ahli y Al-Batin, sino que organizó el ingreso de las mujeres y sus familias a las tribunas designadas.

“Se trata de que finalmente las mujeres están consiguiendo algunas de sus demandas. Queríamos entrar a los estadios y lo hicimos. Soy una fan muy entusiasta del fútbol”, explicó luego a la cadena BBC.

“A muchas mujeres les encanta el fútbol. Yo lo he visto en cafés en Yeddah, donde muchas amigas y familiares van a ver partidos por televisión y aplauden y alientan junto a sus esposos y sus hijos”, cuenta a “The Guardian” la periodista saudí Assel Bashraheel.

En enero, cuando se levantó la restricción, en Twitter miles de hombres y mujeres se felicitaban por este logro en la sociedad saudí. Otros no tanto. Algunos escribieron señalando que el lugar de la mujer es en la casa, cuidando a su esposo y sus hijos, preservando la fe musulmana y no gritando en un estadio de fútbol, donde se profieren insultos.

—Al volante—
El gran logro femenino de poder presenciar en vivo y en directo una competencia deportiva forma parte del paquete de reformas económicas y sociales impulsado por el príncipe heredero Mohammed bin Salman, que incluye permitir que las mujeres, por fin, puedan conducir vehículos. Algo que empezará a regir este 24 de junio.

El gobierno ultraconservador también aprobó recientemente una ley que castiga con hasta cinco años de cárcel y multas de más de 70 mil dólares a quienes cometan el delito de acoso sexual contra las mujeres.

El príncipe, quien hace poco realizó una gira por Estados Unidos y Europa para tratar de mostrar a su país como un reino más integrado y menos extremista, es consciente de que más de la mitad de la población de Arabia Saudita tiene menos de 25 años y está ansiosa por más cambios en la sociedad.

Sin embargo, todavía queda mucho por hacer para reducir la enorme desigualdad de género. Las saudíes podrán gritar los goles en el estadio, pero aún no pueden solicitar un pasaporte, viajar al extranjero, operarse, alquilar un departamento, matricular a sus hijos en el colegio o tener una cuenta en el banco sin el permiso de su padre, esposo o hermano.

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