Tarapoto, Chiclayo, Ica y Trujillo, cuna de nuestros seleccionados

Dicen que soñar no cuesta nada, que los sueños más grades se pueden cumplir con perseverancia y esfuerzo. Esto lo saben perfectamente los jugadores de la selección peruana de fútbol que logró ayer la ansiada clasificación al Mundial Rusia 2018.

Hace dos años, el tarapotino Miguel Trauco, lateral izquierdo de la selección peruana, se encontraba jugando en el equipo de Unión Comercio, en Moyobamba (San Martín). Debido a sus destacadas actuaciones fue contratado por Universitario de Deportes, donde no tardó en demostrar su gran calidad como futbolista y profesional. Actualmente milita en el Flamengo brasileño, junto al capitán de la selección, Paolo Guerrero.

Similar situación vivió Yordy Reyna, jugador natal del pueblo de Capote, en Chiclayo, región Lambayeque. El delantero nacional  llegó al cuadro de Alianza Lima desde pequeño, en donde demostró su picardía y velocidad. Debutó en el equipo profesional en el año 2011 y no tardó en ser captado por representantes de clubes extranjeros, como el Red Bull Salzburg de Austria. Actualmente juega en Canadá, en el Vancouver Whitecaps.

Luis Advíncula y Wilder Cartagena, defensa y volante de la bicolor, respectivamente, nacieron en Ica, cuna de futbolistas con historia.

El jugador del Melgar de Arequipa, Anderson Santamaría, nació en Tingo María, en Húanuco. El seleccionado se caracteriza por haber destacado en uno de los equipos más importante del torneo local en la actualidad.

El 10 del equipo incaico, Christian Cueva, nació en Trujillo, región La Libertad. Cuando aún era niño llegó a Lima por la Universidad San Martín, equipo que viajó hasta su tierra natal y quedó cautivado por la habilidad del mediocampista. El club se convirtió en su hogar y le ayudó a formarse como futbolista. Luego jugó en el cuadro de La Victoria, club del cual es hincha. Finalmente fue contratado por el Sao Paulo de Brasil, donde también lleva la número 10, como en la selección. 

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