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Venezolanos en Perú
Johnny Aurazo

Ramón Medina está agotado, pero prefiere no dormir. Son las 11:15 de la noche en el Centro Binacional de Atención Fronteriza (Cebaf) de Tumbes y a un costado de él descansan, sobre la acera fría, su esposa, Zaida, y sus dos hijas, una de 2 y otra de 19 años. Su hijo mayor espera a su familia en Lima.

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"Que duerman ellas", dice sin pestañear Medina, un abogado venezolano de 49 años. "He tenido que vender mi camioneta a 1.500 dólares para estar los cuatro aquí y unirnos a nuestro hijo en Lima. En Venezuela ya nadie paga a un abogado; solo se firman documentos privados", comenta.

Como Ramón, más de cuatro mil venezolanos pasaron la noche en el centro de control migratorio de Tumbes tras cumplirse el plazo para que puedan ingresar al Perú sin solicitar . Ricardo Ríos (27) fue otro de ellos. Él llegó a las 11:55 de la noche con su tía y dos pequeños primos.

“Venimos con Dios”, refiere el comerciante antes de ingresar a la carpa del Ministerio de Salud (Minsa) para vacunarse contra la rubiola, el tétano y la fiebre amarilla. Este es el primer paso que todo venezolano debe cumplir si quiere ingresar al Perú por el Cebaf.

Todos los ciudadanos venezolanos que ingresan a Perú deben ser vacunados por el Minsa. (Foto: Johnny Aurazo/Enviado especial)
Todos los ciudadanos venezolanos que ingresan a Perú deben ser vacunados por el Minsa. (Foto: Johnny Aurazo/Enviado especial)

A pocos metros, pero en medio de la pista, están Jennifer Hernández y Jessimar Díaz. Ambas tienen hijas y tampoco hay dónde dormir. Dos delgadas frazadas hacen de colchones. “Estoy aquí por ellos. Allá, en Caracas, no hay luz ni agua”, dice Jennifer mientras su esposo forma la fila para poder tramitar los documentos que les permitan quedarse en Perú. Migraciones atendió a los ciudadanos venezolanos que llegaron al Cebaf durante toda la madrugada.

Jessimar, de 22 años, carga con su bebe de seis meses. “¿No hay frazadas?”, pregunta. Jennifer la mira y le dice que no. Minutos después, ambas se recostaron, sin mayor abrigo, en la columna de una pared.

Alexander Mendoza Partió hace diez días de Puerto la Cruz, al sur de Venezuela. Cuenta que es patólogo y que tiene dos hijos, pero los dos dólares mensuales que ganaba no le alcanzaban “ni para comprar la harina para preparar las arepas”. Su destino es la ciudad de Trujillo. En la capital liberteña lo esperan sus primos y hermanos.

-Angustia por cierre temporal-

Al menos 20 agentes de la Policía Nacional cerraron durante medianoche de este sábado la vía de acceso que conecta a Ecuador con el Cebaf en Tumbes.

La medida fue acatada a las 00:00 horas de hoy para dar cumplimiento a la medida del gobierno que dispone, desde hoy, que los venezolanos deben contar con la visa humanitaria para ingresar al país.

Los primeros afectados fueron unos 50 venezolanos que llegaron a las 12:05. Sin embargo, tras unos minutos de incertidumbre, bajaron del bus y llegaron a pie hasta uno de los accesos al Cebaf.

El cierre en la carretera fue a la medianoche de este sábado. (Foto: Jhonny Aurazo/Enviado especial)
El cierre en la carretera fue a la medianoche de este sábado. (Foto: Jhonny Aurazo/Enviado especial)

En el lugar, personal de la Defensoría del Pueblo y otras instituciones les pidieron que formen distintas filas y les aseguraron que sí iban a poder ingresar al Perú sin solicitar visa humanitaria. Sin embargo, ningún funcionario de Migraciones confirmó ni desmintió esta versión durante toda la madrugada.

"Voy con el Jesús en la boca", dijo Vanessa Villalobos, una educadora de 46 años que partió de Venezuela el martes con su hija de 9 años. "Soy una mujer de fe. Nos han dicho que sí vamos a pasar. Al chofer del bus le pedíamos que corra, pues cada segundo estaba contado", añadió. En su país, ella ganaba unos 13 dólares quincenales, aseguró.

En otro bus, a las 00:15, llegó María de Jesús Peña. A sus 70 años es la primera vez que sale de Venezuela. En Lima la espera su hijo. "Pensé que no íbamos a llegar, pero aquí estamos", dijo. A ella la acompañaban sus dos nietos.

Dayana de Santiago, de 32 años, llora. Carga a su hijo de dos años y dice que espera ejercer su carrera (Medicina) en Lima. "Solo en Rumichaca (frontera de Colombia con Ecuador) había 4 mil personas y nos demoramos 13 horas para registrarnos. Sin embargo, ya estoy más tranquila", afirmó.

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