Former President of Peru, Alejandro Toledo, right, speaks to reporters during the New Economy Forum Globalization Dialogues at the United Nations, Wednesday, May 24, 2017, in New York. (AP Photo/Mary Altaffer)
Agencia EFE

dice que duerme menos y trabaja más, al vivir bajo la sombra de una posible extradición al Perú, donde la fiscalía lo acusa de recibir un soborno de US$ 20 millones de la empresa Odebrecht por las obras de los tramos II y III de la carretera Interoceánica Sur. El ex presidente acusa a la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, y al ex mandatario Alan García de estar detrás de esa denuncia.

En una extensa entrevista con la agenda EFE, Toledo, incluso, afirma que tiene la sospecha de que “abajo” de su Presidencia, “se han producido sobornos”.

— ¿Por qué ha guardado silencio tanto tiempo mientras era requerido por la justicia?
Sí, es correcto, con una pequeña corrección. Yo no soy requerido por la justicia. Yo no tengo ninguna sentencia. Hay un proceso de Ecoteva en el cual he estado colaborando en el Congreso, en la fiscalía, en el Poder Judicial. No había ningún problema, no he tenido ningún impedimento de salida. No tenía, ¡ahora sí! Estuve en China, estuvimos en Azerbaiyán, fuimos (al Perú) en diciembre en Navidad para ver a la familia, pero nuestro nombramiento aquí comenzaba en setiembre.

Y regresamos el 12 o 13 de enero de este año y un mes después me entero por los medios de comunicación que el fiscal Hamilton Castro había decidido pedir 18 meses de prisión preventiva sin notificarme, ni a mí ni a mis abogados; porque un Sr. (Jorge) Barata, de Odebrecht, habría dicho que me ha dado a mí 20 millones de dólares. ¿Por qué los 20 millones? Porque teóricamente nosotros fuimos creadores del proyecto de construcción de la Interoceánica para integrar a América Latina y permitir que Brasil pudiera tener acceso al Pacífico y beneficiar a Bolivia.

¡Grave error! Está profundamente equivocado y el sr. Barata va a pagar por ello un precio muy caro […] Lamentablemente, no tuvimos tiempo de comenzar a construir [la carretera Interoceánica]. La única cosa que hicimos fue la inauguración de un puente simbólico chiquito entre Asís e Inambari que lo inauguramos con Fernando Henrique Cardoso y Lula, simbólico...

— Y entonces, ¿por qué la acusación?
Y este señor Barata no sé qué arreglos hizo con el gobierno que implementó [la Interoceánica]. Porque nosotros lamentablemente- ya me hubiese encantando- no pudimos hacerlos. El señor Barata está en la cárcel y se ha convertido en un colaborador eficaz. El costo original del proyecto fue de US$ 850 millones y ha terminado costando US$ 4.500. Es decir, que se han hecho ‘adendums’ a cada uno de los proyectos.

— ¿Daba Odebrecht sobornos en América Latina? ¿Tenía usted constancia como presidente de esos sobornos?
No tengo duda que sí. No he visto yo los datos [...] Están saliendo dos servidores, uno de Brasil que las autoridades han encontrado, particularmente en el caso de Odebrecht, y otro en Suiza. Y para eso [la fiscalía peruana] han contratado a un ex fiscal suizo. Entonces encontrarán información.

— ¿Le constan a usted esos sobornos?
De lo que he escuchado y leído creo que sí. ¡De lo que he escuchado! No soy testigo de nada. Pero usted es periodista y ha leído, y no me cabe duda de que de abajo -no sé hasta en que niveles- tengo la sospecha de que se han producido sobornos. No sólo en América Latina […] Lo que no puedo permitirle al señor Barata -porque él ha sido un gerente principal con el Sr. Marcelo Odebrecht- que para reducir sus años de condena diga que entregó al presidente Toledo 20 millones de dólares. ¡No lo permito! Y quiero ser enfático en decirle que: ¡Nunca en mi vida!

El sr. Barata lo va a tener que pagar muy caro, porque lo voy a enjuiciar por 200 millones de dólares: si logramos tener éxito, 100 millones de dólares irán para la capacitación de los profesores de las zonas rurales del Perú de los países andinos, y otros 100 para becas para los hijos de las zonas rurales pobres que terminen el colegio, para que puedan estudiar en la universidad en el Perú o en el extranjero.

— ¿Por qué cree que el Sr. Barata le acusa de recibir US$20 millones? Podía haber elegido a cualquier, ¿por qué precisamente a usted?
Buena pregunta.

— Vemos también a otros ex presidentes del Perú manchados por el Caso Odebrecht…
Sí, pero no me meta usted en la misma bolsa. Yo no soy Fujimori. Yo no soy Alan García. Yo no sé del señor Ollanta Humala. ¡Yo me llamo Alejandro Toledo! ¿Cuál sospecho (yo) que es su motivación? Dos muy fuertes. Número 1, nosotros perdimos la inscripción del partido, nos vamos a reinscribir pero perdimos la inscripción, y sin congresistas no tenemos la fuerza política que teníamos cuando estaba el partido.

— Está usted mezclando política con justicia.
Lo que le estoy diciendo es que lamentablemente en América Latina la justicia está politizada. Los nombramientos de los fiscales y de los jueces los hacen los que tienen el poder. Y los que están juzgando ahora, son nombrados, premiados y prometidos de ser congresistas en las elecciones siguientes. La segunda razón, probablemente la más poderosa, es que yo soy un obstáculo muy fuerte; una revancha política, una persecución política que no tiene nombre. ¡A mí no me quieren juzgar, me quieren colgar!

— ¿Por parte de?
Fujimori.

— ¿Padre o hija?
Padre, hija, hijos, porque tienen un proyecto de 30 años. No me perdonan haber organizado a los partidos políticos, la sociedad civil, los alumnos, las poblaciones indígenas y amazónicas para derrumbar un gobierno autoritario que cambió tres veces la constitución para reelegirse. Primero es Fujimori [padre]. Segundo, en 2011 Keiko Fujimori y Ollanta Humala llegan [a segunda vuelta de las elecciones] y la gente de Humala vino a pedir el apoyo de nuestro partido y de nuestra infraestructura: la movilización. Yo, para serle franco, no confiaba en Humala porque su hermano -dicen que con su apoyo- trató de dar un golpe de estado en 2005. Después de cuatro o cinco reuniones decidimos apoyar al candidato demócrata. Hablamos Mario Vargas Llosa y yo y le dijimos: te apoyamos pero con una sola condición, que si tú te sales del marco democrático te sacamos. Obviamente, eso incendió más aún el odio.

— ¿Qué relación hay entre ambas cosas?
¡Es que truncamos que fuese presidenta! ¡No únicamente bajamos al papá! Ella era finalista […] El tercer punto, y por eso es que me odia a muerte, es que en las elecciones de 2016 quedaron finalistas Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski, que había sido mi ministro de Economía y Finanzas, [un hombre] de derechas, banquero, que tenía experiencia de gobierno. Esas tres son las razones por las que hoy en día soy un perseguido político y me quieren desaparecer del cuadro, para que no impida la elección de Keiko Fujimori, que ahora ya comienza a competir con su hermano Kenji, dependiendo del papá.

— ¿Lo que trata de decirme es que Keiko Fujimori tiene un plan para impedir que Alejandro Toledo pueda torpedear su camino hacia la presidencia?
Por tercera vez, ¡sí! Lo entendió bien. Y han colocado jueces y fiscales ad hoc. Y no lo hace sola, lo hace con el señor Alan García.

— ¿Cómo, según su teoría, podría manipular Keiko Fujimori todos los poderes del Estado, y encima hacerlo bajo una persona -Kuczynski- que llegó a ser su primer ministro, y todo para perseguir a un Alejandro Toledo, que la mayor parte del tiempo vive en EE.UU.? ¿Para qué tendría que entrar en toda esta trama? ¿Y cómo podría acumular tanto poder?
Lo tiene arrinconado, porque Keiko Fujimori tiene absoluta mayoría en el congreso de la República. Acaba de bajarse al ministro de Transporte y Comunicaciones, [Martín] Vizcarra, que por coincidencia es también el primer vicepresidente de la República. Y la gente de Fujimori ya planteó la renuncia de este señor no sólo como ministro sino como primer vicepresidente.

— ¿Quién entonces a su juicio gobierna el país?
No me voy a atrever a especular. El que gobierna el país a través del chantaje es el que tiene mayoría en el Congreso, los fujimoristas con los apristas. Hoy en día, el Perú corre el riesgo de que si siguen presionándolo, y el presidente no reacciona, va a quedar muy mal en la historia. La democracia se va a debilitar y todo lo que hicimos -los heridos y los muertos- puede resultar en vano y volver a retomar la dictadura del fujimorismo en complicidad.

— El Perú, a pesar de estos riesgos que menciona, sigue siendo una democracia. Hay un presidente electo al que conoce muy bien, que ha trabajado en su gobierno, y el Poder Judicial es constitucionalmente independiente. Cuesta creer como Keiko Fujimori podría manipular a los jueces y a los fiscales, para perseguir a Alejandro Toledo.
No es sólo Keiko. ¡Nombrándolos!

— ¿Cómo sugiere que los nombra ella?
Los promueve y les ofrece puestos clave en el próximo gobierno.

— ¿Nombres? ¿Algún ejemplo?
No voy a entrar en eso porque yo respeto al Poder Judicial y a la justicia.

— Alejandro Toledo ha guardado silencio durante cuatro meses. Hay un pueblo en el Perú al que no le ha dado respuesta. Usted es un ex presidente, está en otro país y no regresa al suyo. ¿Cuáles son las razones por las que no revela los nombres de aquellos que dice que conspiran contra usted?
Te digo. Alan García y Keiko Fujimori.

— ¿Pero Alan García es también sospechoso de aceptar sobornos?
Yo le puedo decir, por el nombre de la persona que más amo, que está arriba en el cielo y es mi madre, ¡nunca! Que el Sr. Barata venga a Lima, o a EE.UU. y diga que ha entregado al presidente Toledo 20 millones de dólares, cómo, en qué cuenta. Yo tengo los documentos donde el fiscal de la Nación ha declarado tres veces que el presidente Toledo y su esposa no tienen ningún desbalance patrimonial. Yo no tengo cuentas en Suiza, las únicas cuentas que tengo son las de Stanford y el Perú.

— Pero se ha hablado de cuentas de terceros, no de cuentas suyas.
¿De quién terceros?

— De personas a través de las cuales pudo recibir el dinero.

[Toledo muestra notas de periódicos y documentos de procedimientos judiciales que a su juicio constituyen una violación del debido proceso]

¿Pudo? ¡Pregunte usted al que pudo! Usted se está refiriendo al Sr. Yosef Maiman. No me gusta evadir ninguna respuesta. Usted se refiere al Sr. Yosef Maiman. Quiero que sepa que el Sr. Maiman ha ido al Congreso de la República, a la Fiscalía de la Nación, al juez, y les ha dicho que las inversiones que ha hecho en la compra de una casa y de una oficina es su dinero. Consta en los documentos oficiales de la fiscalía, del juez y del Congreso. Es cierto que en la casa en la que vivimos por 21 años pagábamos hipotecas y no me di cuenta de que me cobraban un 11% [de interés]. Le dije a Maiman que con 2% de los EE.UU. podría pagarla. Me prestó 300.000 dólares de la casa y 275.000 para pagar la otra casa chica en el norte. Eso es todo lo que me prestó.

— ¿Prestó o dio?
Prestó, me prestó. Conozco a Maiman muchísimos años, es un multimillonario con altos y bajos. Lideraba el gasoducto de Egipto a Israel. Ha tenido empresas y un canal de televisión. Tiene subidas y bajadas y espero que se recupere de una enfermedad muy grave. Pero yo no conozco los negocios de mis amigos, ni siquiera los de mi suegra […] Hoy día estoy atravesando momentos muy difíciles porque yo tenía ingresos de mis conferencias por el mundo, de ser miembro de directorios de empresas en la China y en Europa. Mi señora y yo somos profesores en la Universidad de Stanford.

— ¿Puede jurar a cámara que no aceptó coimas?
¡En mi vida! Quiero tener al señor Barata enfrente, que lo voy a enjuiciar por 20 millones de dólares, y que me diga cuando me ha entregado 20 millones de dólares, cómo, en qué circunstancias, en qué banco.

— ¿Puede jurarlo?
Yo juro, juro, ante lo que más tengo. La riqueza de mi esposa y de mi familia, de Eliane y yo, es mi credibilidad internacional como académico.

— No está jurando que no aceptó "coimas".
¡Estoy diciéndole! Le estoy diciendo que de ninguna manera. Se lo prometo. Por eso le digo, tráigame al señora Barata y le va a costar caro.

— Si es así, ¿por qué Alejandro Toledo no regresa al Perú para defender lo que considera justo? ¿Dónde está ese Alejandro Toledo de más años que salía a luchar y movía masas?
Soy un indio gitano que trota por el mundo. Recibí la noticia de que el juez [Richard Concepción Carhuancho] decidía una orden de prisión preventiva de 18 meses estando en Stanford y por los periódicos. ¿Usted quiere que yo regrese a la prisión sin ser escuchado ni notificado? ¿A dónde está el debido proceso?

Este país (EE.UU.) puede tener muchas dificultades, pero aquí el debido proceso funciona. Aquí no se compra ni se vende la justicia. Yo soy un luchador. Usted lo que quiere es que yo vaya al Perú sin que tenga citación de nada. Ingresaron en mi casa a las dos y media de la mañana sin avisarme. ¿Que yo regrese [para ir a] la cárcel? ¿Para que comience un juicio sobre lo que ha dicho Barata? ¿Quiere usted que quede yo 30 años en la cárcel? Yo me someto a un juicio sobre esas acusaciones en este país. ¡A mí no me quieren juzgar, me quieren colgar! Por eso es la persecución política y es una persecución impresionante…

— ¿Qué garantías necesitaría usted para regresar a Perú? Para abandonar su condición de fugitivo.
Es que no soy un fugitivo porque yo no me he fugado de mi país. Yo estaba aquí trabajando. Si yo hubiera cometido un delito y me hubiera escapado. ¡Eso es un fugitivo! Esto del señor Barata ha salido en febrero. Ya estábamos trabajando en nuestros respectivos libros en Stanford.

Si me dan garantías de un Estado de derecho, de un juez natural. Dicho sea de paso, acabo de recibir la información de que si los presidentes cometen algún error lo juzgan lo que ellos llaman un juez natural, que es un juez supremo, no de primera instancia que se presta a muchas cosas. Usted conoce América Latina.

— Le vuelvo a hacer la pregunta. ¿Qué garantías necesita para regresar y probar su inocencia?
Okey. Clarito. Número 1, yo colaboro con la justicia, que me juzgue un juez natural, que no inventen mentiras. ¿Cómo voy a entrar en la cárcel si no soy declarado culpable?

— Es una prisión preventiva, existe en todos los códigos penales.
No, señor. La prisión preventiva es aplicable, como dice Suiza y EE.UU., cuando existen evidencias probables de que la persona que ha cometido un delito pueda fugarse. Yo no soy un fugitivo. Mis huesos van a terminar en Cabana. Entonces, le respondo a la pregunta. Si me dicen que tengo libertad para entrar y salir y que, cuando me necesiten, me citan y yo regreso, no tengo ningún problema. Si me necesitan el juez o el fiscal yo colaboro con la justicia, pero, ¿una acusación sin fundamento? Pregunte a los jueces aquí. ¿18 meses de prisión preventiva? ¡Soy feo pero no tonto!

— En lo personal y emocional. ¿Cómo se vive bajo la sombra de una posible extradición?
Mucha incertidumbre. Duermes menos, trabajas más. Para serle muy honesto, [tenemos] una restricción severa en nuestra economía, porque se han tomado la libertad de quebrar la ley y nuestra jubilación de toda la vida la cobrábamos de una AFP, la pusimos en el banco y la han congelado.

— ¿De qué viven?
Trabajamos en Stanford. De los sueldos. No es mucho dinero. En el Perú necesito pagar el agua, la luz, el servicio. ¿Cómo se vive? Es muy cruel. ¿Sabe por qué es cruel? Porque nunca en mi vida hice algo ilícito que me permitiera tener dinero para no preocuparme.

— Una última pregunta. Se espera en algún momento la desclasificación de las listas Odebrecht. ¿Qué espera que salga de ellas?
Espero que se abran tanto el servidor que dicen que han encontrado en Suiza, como el servidor que tiene la justicia brasileña. ¡Qué se abran! Va a doler mucho a una región que es la región prometida en el mundo.

Tengo temor no sólo de esas listas sino temor del regreso a la dictadura disfrazada como la que sucede en Venezuela. Tengo temor, más que a una lista de individuos, a que retrocedamos a un dictadura en la que otra vez el autoritarismo y la violación de los derechos humanos, la libertad de expresión, sea restringida, en la que regrese la exclusión social o la discriminación por el color de la piel.

Una entrevista de Elías L.Benarroch para la agenda EFE.